¿Cuándo debemos tomar complementos dietéticos o alimenticios? ¿Son realmente necesarios para tener una dieta saludable? ¿Cómo debemos tomarlos? Estas son mis opiniones al respecto.
Está claro, por mucho que nos empeñemos en llevar una dieta saludable comiendo bien, procurando que todo lo que ingerimos sea natural, preparado por nosotros y con los mejores ingredientes y preparaciones, no siempre es posible adaptar a ello nuestro ritmo de vida. En mi caso, últimamente lo tengo más complicado porque como fuera más a menudo y, sinceramente, no soy capaz de pedir siempre que me hagan un filete a la plancha con verduras. Y eso que, para compensar, recurro mucho a los batidos de verduras que me tomo para desayunar para asegurarme de que al menos he tomado una de las porciones de vegetales y fruta que hemos de comer cada día... pero ni siquiera así llego a veces a tomar todas las vitaminas y minerales que se recomiendan. Por eso siempre he pensado que cualquier ayuda extra nos viene bien.
Todo esto me vino a la mente cuando, dándome una vuelta virtual por la web de qsinatural.com, descubrí que hay una cantidad increíble de complementos dietéticos naturales que podemos añadir a nuestra vida diaria. No para sustituir una dieta equilibrada, claro, ni tampoco el ejercicio ni los buenos hábitos. Por eso mismo se llaman complementos, porque completan lo que ya hacemos por otros lados.
Hay complementos dietéticos que nos aportarán un extra de vitaminas o minerales, de los que muchos somos deficitarios sin saberlo (eso sólo nos lo puede decir una analítica, así que antes de tomar nada conviene visitar a nuestro médico para que evalúe nuestro estado de salud). También hay complementos que no tienen como función principal la de aportar vitaminas y minerales, pero sí ayudan con la digestión, o nos ayudan a evitar infecciones de orina (como los arándanos y grosellas), o nos ayudan a descansar mejor, por ejemplo. En definitiva, contribuyen a nuestro bienestar general.
Pero, eso sí, una pastilla o una cápsula no nos van a hacer desaparecer la tripa por arte de magia, ni nos va a hacer recuperar la juventud de la piel. Pero sí que pueden ayudar a las demás cosas que hacemos para conseguirlo. Porque en ocasiones ni siquiera la más completa de las dietas nos aporta todas las vitaminas y minerales que necesitamos, bien porque nuestro cuerpo no asimila bien todos los que nos dan los alimentos, o bien porque algunos han de tomarse por otras vías (la vitamina D, por ejemplo, se sintetiza tomando el sol, así que si vivimos en un lugar con pocos días soleados al año o nuestro estilo de vida no nos permite pasar mucho tiempo al aire libre, conviene suplementar con vitamina D en cápsulas o pastillas).
Con lo que sí hemos de tener cuidado es con que algunos suplementos pueden tener interacciones entre ellos y evitar la absorción de otros. Por ejemplo, la espirulina, que es muy rica en hierro y beta-carotenos, al parecer dificulta la absorción de la vitamina B12. Así que deberíamos tomarlas por separado. Por eso, como decía antes, siempre es conveniente que un médico nos indique qué, cómo y cuándo debemos tomar.
Personalmente, yo tomo cada día varias cápsulas: una de colágeno y zinc, otra de maca, otra de ácido fólico y vitamina D3, y otra de cúrcuma. Además, a mis batidos les añado, según el día, moringa, espirulina, más maca... Me gustan y me sientan bien.
Por eso creo que los complementos dietéticos y estas ayudas extra pueden ser una buena opción que complemente un estilo de vida saludable en el que una dieta sana y el ejercicio estén siempre en primer lugar.
¿Tomáis algún suplemento dietético? ¿Cuál es y para qué sirve?
Fuente: este post proviene de Fitness & Chicness, donde puedes consultar el contenido original.
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