Hidrata la piel – La piel de tus piernas contiene muchas menos glándulas sebáceas, por lo que es vital mantener una barrera de superficie sana con cremas hidratantes.
Estira y afeita – La piel de las axilas y detrás de las rodillas es suave y flexible para permitir el movimiento en estas áreas articuladas, lo cual puede hacer más difícil el afeitado. Para mantener estas áreas tan tensas como sea posible y lograr un afeitado más limpio, estira el brazo hacia arriba y coloca la mano detrás de tu hombro, y estira bien la pierna.
No te mojes durante mucho tiempo, antes de afeitarte – La piel se sobre hidratará y se hinchará ligeramente a medida que comience a absorber agua. Esto arriesgará la suavidad del afeitado. El momento óptimo para un remojo previo al afeitado es aproximadamente de uno a dos minutos.
No apliques demasiada presión sobre tu afeitadora – Una rasuradora femenina de precisión, está diseñada para deslizarse con el mínimo esfuerzo sobre la superficie de la piel. Forzar la rasuradora puede causarte lesiones.
No te preocupes por la dirección – Las rasuradoras modernas son tan eficaces que puedes afeitarte en cualquier dirección.
Cambia el cartucho de tu afeitadora – Cambia el cartucho con regularidad, ya que las hojas viejas pueden dar lugar a irritación de la piel y menos comodidad.
Guarda tu rasuradora correctamente – Guarda tu rasuradora en posición vertical y en un lugar seco. No la dejes al lado de la bañera, en restos de agua, ya que se vuelve un espacio de cultivo para bacterias.
No frotes tu rasuradora para tratar de limpiarla con cepillos o toallas – Un enjuague sencillo debe ser todo lo que se necesita. Podrías dañar los recubrimientos de las hojas: éstas son increíblemente finas y ese recubrimiento es necesario.
Cuidar tu afeitadora como tu piel es esencial para lograr buenos resultados; además no debes olvidar hacer una buena elección de rastrillo de acuerdo a tus necesidades.