El crecimiento del cabello se debe iniciar en un cuero cabelludo sano. Recorta las puntas abiertas. El daño se extiende a lo largo del tallo si no las cortas pronto.
Sigue una rutina para el mantenimiento del cabello. Lávalo una vez por semana para eliminar la acumulación de grasa que bloquea el folículo piloso. Lavarlo todos los días seca la cutícula del cabello.
Utiliza tratamientos de aceite caliente por lo menos una vez al mes si tienes cabello grueso o rizado o que se enreda fácilmente. Los tratamientos con aceite lo suavizan gradualmente haciéndolo más dócil y disminuyendo la necesidad de peinarlo o cepillarlo de manera enérgica.
Evita dañar el tallo y las puntas del cabello cuando le estás dando estilo. No debes cepillarlo cuando está mojado porque potencia el quiebre, ya que el cabello mojado es mucho más delicado.
Permite que tu cabello se seque con el aire o coloca rulos lisos de plástico en el cabello húmedo y siéntate debajo de un secador de casco en vez de secarlo con un secador de mano.
Evita los decolorantes, el peróxido y la tintura. Cubre las canas con henna. Está disponible en tonos que van del rojo al negro y le añade al tallo del cabello un saludable volumen.
No uses bandas de goma apretadas, adornos de metal o cualquier horquilla que tire o enganche tu cabello.
Utiliza acondicionadores humectantes para desenredarlo. El pelo enredado puede forzarte a tener que cortar el cabello largo. Enjuaga el acondicionador con agua fría para que la cutícula permanezca plana. Esto previene los daños y le da brillo.