Cada uno de estos tiene una finalidad y manera particular de aplicarse, es por ello que no utilizamos el champú ni el jabón de la misma manera en la que usamos la pasta dental; del mismo modo, no es común emplear las mismas cantidades de loción corporal que de crema facial, ya que cada una se ha diseñado para satisfacer diferentes necesidades.
Los pasos o instrucciones que seguimos en la utilización de cualquiera de estos productos busca maximizar sus propiedades y evitar posibles daños a la integridad de nuestra salud, pues entonces por qué sería diferente con las fragancias. Los perfumes tienen una metodología sencilla de uso, sin embargo, muchas personas no se encuentran familiarizadas con la misma.
La correcta aplicación del perfume nos podría restar en inconvenientes y sumar en eficiencia, permitiendo que ese aroma que tanto nos gusta, y por el cual probablemente pagamos una suma considerable de dinero, permanezca por mayor tiempo sobre nosotros sin necesidad de gastar todo el frasco con una sola aplicada, y lo más importante, protegiendo nuestra salud en el proceso.
Aun así, es común que las personas en desconocimiento de estas reglas básicas incurran en errores respecto a cuánta cantidad es necesaria, qué zonas corporales son adecuadas para su uso y qué tipo de fragancia es ideal acorde a los sitios y horarios que frecuentamos.
Si este es tu caso, no te sientas perdido, ya que te hemos traído este artículo de cómo aplicarse un perfume correctamente, con la finalidad de que te vuelvas todo un experto en su uso. Así mismo, seguir nuestros consejos garantizarán tu seguridad salubre y además evitará que malgastes tu dinero mientras que disfrutas de tu aroma favorito por largas horas.
Qué perfume usar
Nunca debemos subestimar la importancia de utilizar el perfume más compatible con nuestra personalidad, piel y química corporal. Este tipo de elección es algo totalmente subjetivo y, a menos que seamos personas con pieles muy sensibles o propensas a alergias, podremos escoger con total libertad cualquier opción que satisfaga nuestros gustos personales.
Podemos elegir fragancias diurnas o nocturnas, para climas fríos o cálidos y de cualquier familia que nos apetezca, siempre y cuando tomemos en cuenta que la opción por la que nos decantamos se sienta placentera respecto al aroma, su intensidad y duración.
Sin embargo, si utilizamos un perfume que sea marcado como nocturno e invernal bajo un día de verano intenso, corremos el riesgo de intensificar demasiado su aroma hasta hacerlo molesto para nosotros y quienes se acerquen. Igual sucede en el caso contrario, las fragancias veraniegas o diurnas durante el invierno o la noche pueden tornarse demasiado sutiles y pasar desapercibidas, lo cual puede resultar decepcionante.
Lo ideal es contar con opciones definidas según sea el requerimiento y utilizar distintos aromas en el día, la noche y las diferentes ocasiones y climas. Aun así, siempre puedes adaptar un poco esta regla a tu conveniencia, si lo que deseas es convertir una de ellas en tu sello personal, ese que te acompañe a donde sea, tendrás que tener en cuenta principalmente tu percepción.
Jamás es una buena señal sentirse ahogado por el aroma o no sentirlo en absoluto, ello podría indicar que debes sustituir tu fragancia por una versión diseñada para esa hora del día o estación del año. De lo contrario, puedes tomar riesgos y aventurarte un poco.
Cuándo aplicar el perfume
El momento ideal para aplicar el perfume es al salir de la ducha
El aroma se fija mejor sobre la piel limpia. También es una ventaja bañarnos con agua caliente, ya que los poros se encontrarán más abiertos y por lo tanto más hábiles para absorber la sustancia.
Es importante que nos encontremos completamente secos, ya que si aún estamos mojados, la fragancia se diluirá con el agua sobre nuestra piel y mermará su capacidad para fijarse sobre la misma.
Si antes de aplicar el perfume utilizamos cremas o pomadas hidratantes, la fijación será más intensa y, por lo tanto, más duradera. Incluso es recomendable usar un poco de vaselina o jalea de petróleo justo debajo del punto de aplicación, puesto que esto ocasionará que las moléculas olorosas de la fragancia se adhieran a la vaselina y tarden mayor tiempo en volatizarse, lo cual también le volverá más longeva sobre nosotros.
Es importante tener precaución con las cremas y jabones olorosos que utilicemos previamente, puesto que los acordes olfativos de éstos podrían entrar en conflicto con los de nuestro perfume, obteniendo así un resultado poco armonioso. Si nos encanta utilizar geles de baño y cremas con olor, es preferible decantarse por aquellas opciones de la misma línea, ya que en su mayoría las casas hacen este tipo de productos con el mismo olor o con algunos que sean complementarios.
Otra cosa importante es aplicar el perfume al menos 10 minutos antes de vestirse, con ello no sólo se evita manchar las prendas, sino también que sean las telas las que absorban el aroma en lugar de la piel, puesto que sobre la vestimenta el aroma tendrá una fijación más pobre que la que ofrece el cuerpo. En caso de que desees que tu ropa comparta el aroma, puedes aplicar un poco sobre las manos y pasarlas sobre la misma o guardar un pañuelo impregnado de perfume en tu guardarropa.
De qué manera aplicar el perfume
En caso de que tu fragancia venga en presentación sin atomizador, puedes colocar tu dedo índice sobre la botella para evitar que salga producto de más y se desperdicie. Una vez que tenemos el líquido sobre el dedo lo aplicamos con pequeños golpecitos y nunca frotando, puesto que cuando lo hacemos (al igual que cuando restregamos una muñeca contra otra) rompemos los aceites esenciales, alteramos la composición y, además, logramos que se evapore más rápidamente.
Si la presentación es en spray, hay que situar la botella entre 10 y 15 cm de lejanía y fijarnos de que el apuntador se encuentre situado en dirección hacia nosotros. Esto permitirá que el líquido se distribuya de manera uniforme sobre esa área.
Es una práctica común entre algunas personas el rociar al aire y luego caminar bajo la bruma de perfume, sin embargo, con ello se desperdicia mucha sustancia y resulta menos efectiva y duradera que cuando la aplicamos directamente sobre la piel.
Dónde aplicar el perfume
Existen muchos lugares del cuerpo en los que puedes aplicar las fragancias, de hecho, Coco Chanel indicaba que una mujer se debe perfumar en donde desee ser besada. Sin embargo, algunos sitios podrían resultar más eficientes y seguros que otros, como por ejemplo los puntos de pulso.
Los puntos de pulso son aquellos en donde sentimos latencia (pulsaciones), entre los más tradicionales para el uso de la perfumería se encuentran la parte superior de la nuca, detrás de las orejas y la parte interna de los codos y muñecas. Además de estos lugares, también podemos incluir los tobillos, las caderas, las clavículas y la parte posterior de las rodillas. Todas estas zonas suelen generar la cantidad apropiada de calor, intensificando la fragancia pero sin llegar a resultar excesiva.
El escote también resulta un buen lugar, sin embargo, sobre los senos no, éstos poseen áreas sensibles (en especial los pezones). Del mismo modo, es recomendable evitar el contacto del perfume con los sujetadores, ya que los químicos que le integran en conjunción con el sudor y las fibras del brasier, pueden convertirse en el lugar más favorecedor para la producción de bacterias y el desarrollo de infecciones que ocasionen serias lesiones en las aureolas o pezones.
Algunas personas sostienen la utilización de perfume en el ombligo, axilas y genitales, sin embargo, estas son zonas húmedas, bastante delicadas y con propensión alta al desarrollo de infecciones. Aquí, tal como en el caso anterior, productos como solventes químicos o fragancias sintéticas podrían alterar el equilibrio bacteriano y poner en riesgo severo el área. En todo caso, puedes colocar con mucha precaución un punto de perfume sobre la parte delantera del hombro y en el muslo interno cerca de la ingle, más no sobre ella.
Jamás debes aplicar perfume sobre el rostro ya que las sustancias además de ser muy agresivas para la fina piel de la cara y las mucosas, podrían ocasionar horrendas manchas ocasionadas por la interacción de alcoholes y aceites con el sol.
Lo mismo aplica para la utilización de perfume en la playa, en su defecto, podemos optar por protectores solares y cremas para el cabello con un aroma agradable o podemos aplicar una pequeña cantidad de perfume sobre las partes externas del bañador, preferiblemente mientras no lo llevemos puesto y esperando su secado antes del uso de la prenda.
Perfumar el cabello parece una buena idea, puesto que sus fibras porosas permiten fijar por bastante tiempo el aroma. Sin embargo, los alcoholes y sustancias químicas pueden resecar nuestra melena, por lo que la opción ideal es encontrar la versión de nuestro perfume en cuidado para el cabello. En caso de no poder conseguirla y aún nos queramos aventurar, debemos evitar a toda costa rociar el perfume directamente sobre la cabellera, es preferible rociarlo sobre un cepillo y luego peinarnos, lo cual permitirá que la fragancia quede sin necesidad de maltratar tanto tu pelo.
Cuánto perfume aplicar
En el caso de los perfumes, la regla que mejor aplica es la de menos es más, recuerda que una persona con exceso de perfume puede resultar muy molesta para quienes se encuentren a su alrededor. Tampoco hay que olvidar el hecho de que el olfato se acostumbra a los aromas con rapidez, evitando que los notemos, por lo que es posible que nosotros sintamos un leve aroma y para los demás estemos literalmente apestando.
Es un pecado menos condenatorio a llevar exceso de fragancia o tener muy poca, en el segundo caso, siempre nos podremos aplicar un poco más. En cambio, sí nos bañamos en perfume, tendremos que llevarlo por horas, a menos que tomemos una ducha y quitemos la mayor parte de su olor. Una alternativa práctica es atenuarlo con toallas húmedas en caso de que te hayas excedido.
Lo ideal en todo momento es que la estela no se extienda más allá de un brazo tuyo de distancia, en donde puedan percibir tu aroma las personas que se acerquen a ti. Si vas inundando de manera intrusiva los lugares por donde pasas, es señal de que llevas demasiado perfume, lo cual es especialmente desagradable en las primeras horas de la mañana y en lugares cerrados como ascensores y oficinas.
Recuerda que lo que queremos lograr es que las demás personas se sientan atraídas hacia nosotros, no que salgan espantados como lo hace la Gata Penélope con el zorrillo de Pepe le Pew.
Consideraciones finales
Las fragancias tienen fecha de utilidad, lo cual es importante controlar, puesto que al vencerse su composición, varía el olor y puede resultar además de desagradable, perjudicial para la salud.
En caso de que quieras llevar un perfume contigo para reaplicar, es recomendable usar una versión de cartera y no tu botella grande, puesto que puede derramarse sobre tu bolso, mal gastando su contenido y arruinando algunas de tus pertenencias. Es mejor decantarse por las presentaciones en barra y Roll On, las cuales son las más idóneas para esta finalidad.
Evita el contacto del perfume con tus joyas, ya que sus ingredientes pueden interactuar con las mismas causando su deterioro o, peor aún, manchas sobre nosotros. Esto puede ocurrir especialmente en el plegue del cuello, por ello es recomendable evitar esa área y preferir la parte alta de la nuca, detrás de las orejas y las clavículas. Además de tomar la precaución de esperar al menos 10 minutos después de perfumarnos para colocarnos la joyería.
Ahora que ya sabes todos estos trucos para aplicarte perfume de una manera óptima y sobre todo segura para ti, lo podrás convertir en una herramienta altamente efectiva, en un arma letal.