Diversos factores influyen en el metabolismo basal, siendo la genética un componente crucial. Sin embargo, hay estrategias que se pueden implementar para acelerar este proceso y, en consecuencia, facilitar la pérdida de peso. En este artículo, exploraremos cómo entender y mejorar nuestro metabolismo basal.
El Funcionamiento del metabolismo basal
El metabolismo basal cuantifica la energía necesaria para mantener funciones vitales sin tener en cuenta la actividad física. Este proceso, influenciado por factores genéticos, físicos y hormonales, experimenta un aumento hasta aproximadamente los 30 años, momento en el cual comienza un descenso progresivo.
La masa muscular, esencial en este proceso, demanda más energía, y su pérdida gradual contribuye al ralentizamiento del metabolismo con el envejecimiento.
El cálculo del metabolismo basal se realiza en kilocalorías por día y se ajusta según variables como el sexo, peso y altura. Métodos como la ecuación de Harris Benedict ofrecen una aproximación útil para estimar este valor.
Factores que aceleran el metabolismo basal
Ciertas condiciones y predisposiciones pueden acelerar el metabolismo basal, incluyendo una mayor masa muscular, una superficie corporal total extendida, el sexo masculino, una temperatura corporal elevada, hormonas tiroideas, actividad del sistema nervioso y algunas etapas de crecimiento en el ciclo vital.Además, el consumo de cafeína y tabaco también puede tener un impacto positivo.
Estrategias para acelerar el metabolismo basal
Ejercicio variado: La práctica de ejercicio a diario, especialmente con diferentes intensidades, aumenta la masa muscular y acelera el metabolismo basal. Alternar entre periodos de mayor y menor intensidad ayuda a consumir más energía y mejora la oxigenación celular. Eso si, debes de ser constante.
Aumento de proteínas: Las proteínas requieren más tiempo para ser digeridas, generando una sensación de saciedad más duradera. Este proceso contribuye al aumento del metabolismo y al mismo tiempo favorece el desarrollo muscular.
Comer varias veces al día: Mantener el metabolismo activo mediante comidas frecuentes (5 comidas completas: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena), en lugar de dos o tres grandes comidas, es esencial. Evitar picos de insulina ayuda a mantener niveles estables de glucosa y previene el aumento de peso. Nota: no se contará como comida en el desayuno un café con una tostada. Un desayuno completo podría ser, una tostada con una tortilla francesa, medio aguacate, pavo y un yogur (ejemplo básico).
Desayuno crucial: Iniciar el día con un desayuno saludable activa los mecanismos de digestión, evitando la acumulación de grasa durante la noche. Una cena ligera antes de acostarse y un desayuno nutritivo son clave.
Hidratación con agua: Beber suficiente agua, preferiblemente agua mineral, es crucial para mantenerse hidratado y acelerar el metabolismo. Evitar bebidas azucaradas es esencial para un rendimiento metabólico óptimo.
Alimentos que aceleran el metabolismo: Incorporar alimentos como aceite de coco, huevos, comidas picantes, legumbres y pescado en la dieta puede impulsar naturalmente el metabolismo.
Té verde: Esta bebida rica en antioxidantes no solo acelera el metabolismo sino que también promueve la oxidación de grasas. Incorporar varias tazas al día puede aumentar la tasa metabólica basal.
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