Ahora bien, aunque practicar deporte en verano es más que recomendable, también encierra ciertos peligros. Hoy te contamos qué ejercicio puedes practicar durante los meses estivales y las precauciones que debes tomar para hacerlo con total seguridad sin sufrir un golpe de calor.
¿Qué deporte practicar?
El sol y el calor son los principales enemigos del deporte durante estos meses, ya que pueden producir deshidratación, mareos, cansancio extremo e insolación. Por eso, la primera recomendación es practicar deporte 'indoor', es decir, en espacios cerrados, bien ventilados y climatizados. El gimnasio es siempre una buena opción, ya que nos permite practicar ejercicio de cardio y musculación a cualquier hora del día e independientemente del calor que haga en la calle. Si el gimnasio no es lo nuestro, podemos aprovechar estos meses para practicar los deportes característicos de esta época del año, por ejemplo, el surf y todas sus variantes (kite, wind, pádel...), la natación, el remo o el piraguismo, todas ellas disciplinas muy completas y saludables.
En el caso de que deseemos practicar otros deportes al aire libre, como el running o el ciclismo, entonces sí debemos tener cuidado y atender a las siguientes recomendaciones.
El deporte en verano: precauciones básicas
El calor y la humedad, sobre todo en zonas costeras, hacen un cóctel explosivo si no sabemos manejarlos adecuadamente. Porque aunque los más vulnerables a los golpes de calor son los niños, los mayores y las personas con problemas de salud, los deportistas también son muy propensos a sufrir este problema, especialmente aquellos que no hacen ejercicio con responsabilidad y con conocimiento del riesgo que existe al exponer al cuerpo a una temperatura mayor de la que es capaz de regular.
Para evitar un golpe de calor debemos:
- Evitar las horas centrales del día. En verano, la mejor hora para hacer deporte, y más fresquita, es al amanecer. Sí, puede dar pereza salir de la cama temprano para salir a correr o montar en bicicleta, pero es lo más recomendable y lo más gratificante, ya que abordaremos el día con una dosis extra de energía. Otra alternativa es hacerlo antes de que anochezca, cuando los rayos del sol ya no calientan lo suficiente como para provocarnos una insolación.
- Hidratarnos antes, durante y después. El agua y/o las bebidas isotónicas no pueden faltar. Una bolsa de agua tipo camelbak, una cantimplora o una botella de agua deben acompañarnos en todo momento para ir bebiendo de forma recurrente (se recomiendan unos 300 mililitros de agua cada 25 minutos aproximadamente).
- Protegernos del sol con gorra, gafas y crema. Todas las barreras que pongamos al sol son bienvenidas, así que estos tres elementos son también imprescindibles si vamos a ejercitarnos al aire libre. Respecto a la crema protectora, podemos encontrar en el mercado protectores solares para hacer deporte, que son más resistentes al agua y al sudor.
- Llevar ropa adecuada. Utilizar ropa y calzado apropiados también puede librarnos de un contratiempo. Las camisetas técnicas transpirables, mejor si son de un color claro, ayudan a evacuar el calor del cuerpo y a reducir la sudoración.
- Alimentación adecuada. Es evidente que si salimos a correr después de una comida copiosa vamos a aumentar las posibilidades de sufrir un golpe de calor. En verano, es mejor elegir comida ligera, reducir el consumo del café y aumentar la ingesta de frutas y verduras, que hidratan y aportan vitaminas, fibra y minerales.
- Dormir bien. Si no hemos disfrutado de un sueño reparador de 7-8 horas, es mejor cancelar la actividad deportiva o, al menos, reducir su intensidad.
Practica deporte en verano, sí, pero con responsabilidad. Más consejos, muy pronto, en nuestro blog de Vivienda Saludable. ¡No te los pierdas!