Andrés Sarda se inspira en el mundo del baile, su estética y su magia son excéntricos estampados para conmemorar el 50 aniversario de la firma. Lo hace con tejidos de encaje, raso, muselinas de seda, perlas y cristales, y tonalidades inspiradas en la naturaleza, como verdes, arenas, piedras preciosas, etc.
Amaya Arzuaga apuesta por el volumen evidente con excéntricos estampados, los pliegues geométricos, el suéter hueco y la estructura de campana. Sus tejidos son lana, mohair, cachemira, cuero stretch, cachemira y seda.
Roberto Torretta toma como referencia una combinación futurista y retro, conjugando la pureza femenina de mediados de siglo con una silueta moderna deportiva y ultra-chic. Así, juega con volúmenes, colores y texturas, tejidos jacquards, leopardos, bouclés, lanas, cuero, ante, etc. Otra de sus inspiraciones son las pinturas artísticas de los años 50 de Pierre Soulages, dando un enfoque geométrico a las prendas.
Juanjo Oliva sigue su tradicional línea ultra femenina, con reminiscencias a los años 50, faldas evasé, vestidos tubo y abrigos con volumen, sin olvidarse de las sensuales transparencias y los colores azul klein, mostaza, grises, tierra y negros.
Angel Schlesser apuesta por los cortes rectos, tonos tierra, negros y nude, aplicaciones de lentejuelas, toques metálicos y tejidos con mucho movimiento, que dotan de elegancia a su estilo casual.
Miguel Palacio para Hoss Intropia ofrece como su gran apuesta la seda, con presencia de lanas y terciopelo, el color cognac, el clásico negro, salmón, paillettes negras y líneas curvas. Sus vestidos abarcan desde las formas ajustadas, hasta las sueltas y su estilo se centra en un enfoque femenino y urbano muy chic.
Lemoniez crea un universo exótico plagado de túnicas bolcheviques o de corte mao, tejidos que aúnan la finura del tafetán, el grueso del crepe de lana y la ligereza de los jerseys estampados.
Fotos: Vogue
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