Un cambio de sostén te puede hacer ver 5 kilos más flaca como por arte de magia, ¡es cierto! probalo y verás.
Es increíble como la ropa te sienta mucho mejor con el sostén adecuado, tener “las chicas” bien levantadas alarga el torso, y un sostén ancho que te abrace te afina el contorno.
Mi suegra hace un tiempo me había dado un consejo: los sostenes que usas regularmente deben renovarse cada 6 meses, y agregó “yo honestamente no los cambio cada 6 meses, pero una vez que compro uno nuevo, nunca falla que me veo y siento inmediatamente mejor, entonces me digo ´ah… así es como una se debería siempre sentir´”.
Aunque no sea cada 6 meses, hay señales de que es hora de renovar tus sostenes:
1) Cuando cambia tu peso
Si tu cambio de peso es muy gradual seguro no vas a notarlo, porque te vas acostumbrando día tras día. Pero si adelgazaste 5 kilos, ya es hora de replantearte ir a probarte un nuevo bra.
2) Cuando los breteles ya no pueden ajustarse más
Los vamos subiendo para que las chicas suban, pero llega un momento en el que llegamos al límite y ya no suben más, de tan estirados que están: es hora de cambiar el corpiño.
3) Cuando los arcos no están cómodos contra tu piel
Si tienen forma rara, si te cortan, si sobresalen, si te molestan al fin del día, ese sostén no te queda bien, los arcos no deberían sentirse.
4) Cuando estás cerrando con el último ganchito, y te queda flojo
Normalmente hay 3 ajustes para el contorno, cuando compramos uno nuevo nos debe quedar bien, justito pero cómodo, cerrando con el primer ganchito. Porque la banda elástica se va a ir estirando con el tiempo, y así iremos necesitando cerrar en el segundo, y luego el tercero. Si después de cerrar con el último te sigue quedando flojo, entonces a la tienda a comprar un corpiño nuevo.
5) Cuando se daña
Si los arcos o cables se salen por un agujerito, si los ganchitos se rompen, si hay un tajo por algún lado, o una mancha que no sale, es el momento de renovarlo. Te merecés ropa interior bonita y en un estado decente, que como dicen las madres “nunca se sabe qué puede pasar” – mi madre con eso aludía a alguna visita de urgencia al hospital, yo prefiero ser más optimista, imaginemos un encuentro amoroso improvisado.
Te propongo agregar a la “Lista de la Felicidad” el ritual de cambiar tus sostenes por lo menos dos veces al año, por ejemplo en otoño y primavera. Es un mimo que te levanta más que el ánimo, te hace verte y sentirte mejor instantáneamente.
Y si hace tiempo que no renovás tus sostenes, te dejo una misión para este fin de semana: ir a la mejor tienda de ropa interior que conozcas y pedir que te midan y te recomienden modelo y talle. Puede ser que el talle que usualmente compras no sea el que mejor te queda, y si la tienda es de calidad las vendedoras deben estar entrenadas para medirte y aconsejarte.
Por ejemplo llevaba yo varios kilos perdidos y hacía rato no había renovado mi ropa interior. Ya me estaba resultando molesto, las bragas me quedaban enormes y los sostenes no cumplían con su trabajo.
Fui a una tienda cara, me midieron y aconsejaron y compré un sostén que usaré más seguido, por 50 EUR – fue toda una inversión. De ahí mismo fui a H&M con mis medidas, consejos y experiencia frescas, a probarme hasta que elegí un modelo por 19 EUR que me calza de manera similar y me quda igualmente cómodo, de este compré dos en diferentes colores, así pude renovar todos mis sostenes de una vez.
Y ese día me saqué esta foto, con el sostén viejo y el nuevo en un “antes y después”, me veo y siento mucho más delgada.
Te dejo entonces la misión de ir a comprar un nuevo sostén, que la vida es demasiado corta para andar de tetas caídas.
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¡Buen fin de semana, hermosa!