No existen prendas más femeninas y sensuales que las de lencería. Y si las mujeres nunca hemos podido prescindir de su uso, a lo largo de la historia la evolución de la lencería femenina ha sido notable.
Esta ha pasado de ser por siglos un rígido armazón que moldeaba el cuerpo casi enjaulándolo y llegando inclusive a provocar diversos problemas de salud; a moldear la figura aportando feminidad, comodidad y bienestar al cuerpo de la mujer en épocas más cercanas a nosotros.
De hecho, los procesos de emancipación y búsqueda de derechos de la mujer de principios del siglo XX, se vieron inevitablemente acompañados por una evolución del vestuario femenino sea exterior que interior hacia formas cada vez más cómodas y naturales. Esto obviamente sin olvidar la feminidad y la natural necesidad de la mujer de sentirse hermosa y sensual.
Una de las piezas de lencería que con mayor facilidad identificamos con la parte más femenina del cuerpo es el brassiere o sostén. Entre las últimas novedades de la moda, contamos justamente con la aparición de un nuevo ejemplar de sostén: el bralette. Nacido de la unión de un brassiere (sujetador) común y un top, el bralette está hecho para apreciarse y lucirse tanto en la parte delantera como en la trasera y, muchos de los modelos, vienen en coordinado con la pantaleta para asegurar un look más completo.
Último en la lista de innovaciones en materia de prendas para dar forma y sostén a busto femenino, el bralette resulta ser una pieza que promete hacernos olvidar la incomodidad de varillas y rellenos. Así, el bralette se configura como el triunfo de la libertad y comodidad.
Por este motivo el bralette, también conocido como corpiño, está formado exclusivamente de tela, generalmente muy suave y elástica como el algodón, la microfibra o el encaje. Prescinde de cualquier tipo de sistema accesorio como varillas, copas preformadas o rellenos; asegurando así una comodidad sin par.
La libertad que aporta el bralette no reside solo en su composición y suavidad, sino también en la forma de uso: esta nueva prenda se usa como si fuera un elemento más del look dejándolo intencionalmente a la vista de manera más o menos parcial. Sensual y femenino, el bralette suele asomarse por un escote pronunciado, deja a la vista sus tirantes e inclusive se entrevé por completo por debajo de una blusa semitransparente. La palabra de orden en el uso del bralette es, por lo tanto, ¡déjalo ver!
Algunas podrían llegar a confundir los bralettes con los sostenes deportivos, en realidad aparte las diferencias de tipo estético, existe una importante diferencia funcional. El bralette, por su naturaleza extremadamente suave, no aporta ningún tipo de sostén. Por lo tanto no es recomendable su uso en caso de mujeres con busto abundante, por un lapso largo de tiempo o para hacer deportes, ya que la ausencia de soporte podría causar dolores de espalda u otros fastidios similares.
Esto no quiere decir pero que en caso de tener un seno abundante debas de renunciar al bralette, puedes usar tu brassiere habitual en combinación con un arnés, simulando que luces a la última moda.
Otro dato importante es que, a diferencia de los sostenes tradicionales; los bralettes no se venden en las clásicas tallas de los sostenes, sino que poseen tallas estandarizadas, generalmente chico, mediano y grande.
La sensualidad de estas prendas las hace adecuadas para ocasiones de poca formalidad como salidas con amigos, shopping, paseos o conciertos y cenas informales. Se combina a la perfección con pantalones de mezclilla, vestidos escotados, overoles, chamarras de piel, blusas que dejan la espalda a la vista o de sisa amplia y cualquier prenda semitrasparente o que deja al descubierto la piel.
A continuación una galería de imágenes que nos presenta diversos usos del bralette, todos hermosos, cómodos y sensuales.
¿Qué estás esperando entonces? Corre a comprar un bralette y únete a la sensualidad y comodidad de esta moda. ¡Te espero en el próximo post!