Los tratamientos con radiofrecuencia hacen uso de un dispositivo que emite energía de radiofrecuencia que consigue penetrar con relativa profundidad en nuestra piel, calentándola y tensando sus tejidos, dando como resultado una mejora del riego sanguíneo, la destrucción de células grasas y de la celulitis, y estimulando la producción propia de colágeno, lo cual mejora el tono y elasticidad de nuestra piel.
Este tratamiento puede utilizarse también para reducir el exceso de grasa, sobre todo alrededor de las caderas (pistoleras) y en la barriga. Además es un complemento ideal para deshacerse del efecto de piel descolgada tras una pérdida repentina de peso (natural o mediante intervención quirúrjica) o para restablecer la tensión de la piel tras el embarazo.
Se trata de un tratamiento muy seguro que se ha aplicado durante muchos años. Los resultados se aprecian tras la primera sesión y, si la aplicación es correcta, el único efecto secundario que puede llegar a darse es la aparición de pequeñas quemaduras similares a las solares, que desaparecen a los pocos días.
Existen varios tipos de aparatos de radiofrecuencia, la mayoría de los cuales pueden utilizarse también para tratamientos faciales. En este caso, el objetivo es conseguir un efecto lifting en el rostro o en el cuello. Al estimular la producción de colágeno propio, se contribuye a alisar las arrugas y a mejorar la elasticidad de la piel, dándole un aspecto más terso y joven.
El tratamiento con radiofrecuencia consiste en sesiones de entre 30 y 90 minutos, dependiendo del tamaño de la zona a tratar. El precio de la sesión oscila entre 60 y 200??? y hoy en día se aplica en casi todas las clínicas de estética y en muchos centros especializados. La frecuencia entre sesiones dependerá del tipo de aparato utilizado, pero suele ser de entre 1 y 2 semanas con una media de 8 a 10 sesiones por tratamiento. Además se aconsejan sesiones mensuales de mantenimiento tras el tratamiento.
En resumen, la radiofrecuencia es una opción fantástica si lo que deseamos es reducir la grasa acumulada, la celulitis o las arrugas sin tener que pasar por el quirófano. Además es una técnica muy probada que no tiene prácticamente efectos secundarios. Eso sí, como siempre, es aconsejable acudir a un especialista de reconocido prestigio para asegurar la correcta aplicación del tratamiento.
Este post ha sido creado por un autor invitado:Carolina Acosta Cruz
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