Es algo obvio que nos gusta vernos bronceadas, pero siempre debemos hacerlo pensando en que a la vez tenemos que protegernos muy bien de los rayos ultravioletas. Precisamente de esto último es de lo que se olvidan aquellas personas aquejadas de tanorexia, una enfermedad en la que el deseo de estar morena se convierte en una obsesión sin límites que puede terminar provocando daños irreparables en nuestra piel.
Un trastorno psicológico
Los excesos con el sol suponen una serie de riesgos para nuestra salud. Está demostrado que una gran parte de los cánceres de piel están relacionados con una mala protección solar, pero además, no debemos olvidar que pasarnos con ese ansia de estar bronceadas, puede darnos malos resultados estéticos, tanto a corto plazo con quemaduras y lo que posteriormente conocemos como 'pelarnos'; como a largo plazo, ya que una sobreexposición solar puede terminar provocando un envejecimiento prematuro y la aparición de manchas cutáneas muy antiestéticas.Pero no sólo de esto se advierte cuando nos referimos al término tanorexia, sino que éste supone mucho más. Expertos en salud mental no han dudado en calificar este problema como un trastorno mental que lleva a los afectados, en su mayoría mujeres, a mirarse al espejo y verse pálidas incluso cuando tienen un bronceado exageradamente pronunciado y, probablemente, hasta estéticamente feo.
Esta obsesión puede terminar causando graves estragos en la salud de su piel y, con el tiempo afectar a todo el organismo, por lo que es importante ponerle freno. Aquí las recomendaciones en materia de protección solar cobran un especial significado, pero también puede precisarse de una terapia psicológica para dejar ese ‘vicio’ atrás.
Aprende a protegerte bien
- Elige bien la crema solar que te corresponde según tu fototipo. Ten en cuanta los factores solares: baja protección (2, 4,6), media (8, 10, 12), alto (15, 20, 25), muy alta (30, 40, 50) y protección ultra (+50). Sobre todo en las primeras exposiciones trata de que el factor solar sea el adecuado.- Acuérdate de aplicarla al menos unos 30 minutos antes de exponerte al sol, y extiéndela bien por todo el cuerpo incidiendo en la piel del rostro.
- Protege además tu cabeza para evitar un golpe de calor; tus ojos y tus labios con un protector específico.
- Intenta no tomar el sol en las horas centrales del día, ya que es cuando más perjudicial resulta.
- Si vas a estar en la playa o en la piscina mucho tiempo al sol, lleva siempre contigo agua o fruta para prevenir una posible deshidratación.
- Recuerda que todo esto debe ser especialmente tenido en cuenta cuando hablamos de niños muy pequeños, ya que su dermis es mucho más sensible.