Esto supone que pasemos más tiempo fuera de casa, lo que hace que nuestra piel pueda sufrir más de lo normal. Además, no podemos pasar por alto que en verano querremos tener una piel perfecta para poder ponernos sin complejos esas faldas y vestidos que tanto nos gustan. Para ello, debemos empezar a cuidarla exhaustivamente a partir de hoy mismo.
Médica y estéticamente hablando
Nuestra piel es una de nuestras más preciadas señas de identidad. Ya seas morena o de tez blanca, su limpieza y cuidado diario deben ser una prioridad. La hidratación constituye el factor clave, ya sea mediante cremas especialmente ideadas para ello o aceites corporales. Asimismo, tal y como advierte Inmaculada Elipe Reyes, especialista en dermatología estética del Centro Dermatológico Estético, también "debemos llevar a cabo una buena exfoliación y, por supuesto, no olvidarnos de la protección solar".Otra de las cuestiones que no se deben descuidar es el aspecto médico del cuidado de la piel, ya que es bien sabido que con la edad la apariencia de la superficie cutánea puede variar, apareciendo nuevos lunares o manchas. En este sentido, Miguel González Nebreda, dermatólogo del mismo centro, recomienda acudir a un médico "cuando un lunar cambie bruscamente de forma, tamaño o color, en el caso de que aparezca alguno nuevo que crece rápidamente o si una úlcera cutánea no cicatriza en el plazo de un mes".
Además, la primavera y la variación del clima, suele traer consigo una mayor cantidad de pólenes de flores y árboles, que suelen conllevar una serie de consecuencias nefastas en quienes sufren de alergias primaverales. Es por esto que los alérgicos han de tener especial cuidado para no verse afectados y así evitar padecer algunas de las lesiones cutáneas típicas de algunas alergias.
Una guía de cuidados básicos
A las recomendaciones médicas se le unen una serie de pautas a tener en cuenta para poder sacarle el máximo partido a nuestra piel. Inmaculada Elipe asegura que "al igual que nos lavamos los dientes desde que somos pequeños, deberíamos introducir un hábito saludable respecto al cuidado de la piel e hidratarla constantemente desde que somos jóvenes". Asimismo, es esencial acudir a un especialista "para que evalúe cuál es nuestro tipo de piel y nos recomiende qué productos son los más adecuados en cada caso", agrega la experta.Llevar una dieta equilibrada es otro de los factores que debemos considerar, ya que "un menú saludable y equilibrado se reflejará de forma inmediata en la apariencia de nuestra dermis". También resulta esencial "beber abundante agua, moderar el consumo de alcohol y tabaco y no abusar tampoco de los dulces ni del azúcar", puntualiza la dermatóloga.
Igual de condicionante es nuestro estado emocional y el estrés al que muchas veces nos vemos sometidos. Para Inmaculada Elipe, "llevar una vida con una actitud positiva será muy favorable para nuestra piel". Por último, no debemos olvidarnos de aparcar el sedentarismo e incluir algún tipo de masajes periódicamente tanto de cara como corporales para mantenerla firme y en forma.
Pero sobre todo, lo que nunca hay que olvidar es la protección solar, y nunca exponerse al sol sin utilizar la crema o loción pertinente. Además, también se debe tener especial cuidado con las cabinas autobronceadoras o solariums, y "utilizar estos tratamientos siempre con moderación, combinándolos con una buena nutrición y un control médico si fuera necesario", advierte la experta. Siguiendo todos estos consejos, no sólo conseguiremos que nuestra piel luzca bonita y radiante, sino que también estaremos preparándola para sufrir lo menos posible los primeros síntomas de envejecimiento.