Desde el primer día pudimos ver colecciones brillantes, es el caso de Valentino, que apostó por la elegancia juvenil, con estampados geométricos, combinando estos con otros como el camuflaje o con un emblema de la marca, las mariposas, pudiendo encontrarlas en diferentes prendas. Nuestra pieza favorita de este magnífico desfile son las mochilas de cuero, con los mismos estampados geométricos.
Las firmas que más destacaron por su temática fueron Givenchy y Thom Browne, que con una escenografía tétrica y una paleta de colores oscura, nos presentaron colecciones inspiradas en la muerte y en el más allá. De Givenchy destacamos el cuero, usándolo en diferentes prendas, los estampados que se utilizaron en total looks y sobretodo, el maquillaje que llevaban los modelos, en muchos casos aterrador. El colorido de Givenchy contrastó con la percepción de Thom Browne, que se vistió de luto y como es habitual, dio de que hablar con sus faldas.
Faldas como las de Dries Van Noten, que también las incorporó a sus looks, con una fuerte inspiración asiática, que se hacia de notar en diferentes piezas, que nos recordaban al vestuario tradicional de estos países.
No todos los desfiles fueron tan espeluznante, sino que las pasarelas se llenaron de color y alegría con colecciones como las de Kenzo, que optó por utilizar colores llamativos, como el naranja, el amarillo y el turquesa, combinándolos con otros colores más suaves.
Finalmente, el toque de elegancia lo pusieron Dior y Hermés, ambos mezclaban el estilo clásico del traje con toques modernos, Dior los combinó con zapatillas, el musthave de la temporada, y prendas más casuals. Hermés utilizó diferentes complementos para poner un matiz de color y diversión a sus outfits, principalmente en las bufandas y los bolsos.
Valentino
Givenchy
Thom Browne
Dries Van Noten
Kenzo
Dior
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