Debido al ritmo frenético al que estamos sometidos todos los días nuestro cuerpo no descansa lo suficiente. El estrés, los malos hábitos y la mala nutrición, inevitablemente se reflejará en nuestra belleza, que, más pronto o más tarde, empezará a sufrir y se notará estropeada. En estos casos la piel tiende a irritarse fácilmente y aparecen las tediosas ojeras. Si te pasa esto piensa que tu cuerpo se está quejando que algo no va bien, necesita cuidados. Tienes que hidratarla, limpiarla bien y exfoliarla.
Vamos a ver cómo restaurar el tono y la vitalidad de nuestra piel.
¿Para qué sirve una crema exfoliante?
Nos permiten eliminar las células muertas de la piel que cubren la cara. Toda mujer debería añadirla en su rutina de belleza. Si lo usamos adecuadamente conseguiremos preparar haciendo que esté más limpia y receptiva para cuando nos pongamos los otros productos de belleza como la crema hidratante o la anti-arrugas.
Las cremas exfoliantes, a diferencia de otros tratamientos, no debe usarse a diario porque dañaría nuestra piel. Con una o dos veces a la semana hay suficiente pero se tiene que hacer cada semana. Puedes comprarlas en supermercados, perfumerías y farmacias y hay infinidad de ofertas en el mercado. Incluso puedes hacerla tú misma en casa utilizando ingredientes naturales.
Es aconsejable aplicarlas por la noche antes de ir a la cama y en caso que no sea así, no aplicarte el maquillaje justo después de realizar el tratamiento porque la piel está mucho más sensible. Puedes utilizarlos tanto para la cara como para el cuello.
Aprende a hacer un exfoliante facial casero
Uno de los mejores en cuanto a resultados y cuidados de la piel son los que están hechos a base de arcilla y miel, un verdadero elixir de belleza para la piel.
Coge 1 cucharada de estos dos ingredientes, 3 cucharadas de copos de avena, 1 de bicarbonato y unas gotas de aceite esencial de lavanda. Verter todo en una licuadora y dejar durante unos minutos para que no queden trozos. Para utilizarlo bien coge dos cucharadas de la mezcla a parte y añade un poco de agua antes de aplicarlo en la cara. Aplicar en el rostro con movimientos circulares tratando de concentrarte en las zonas más difíciles de limpiar como la barbilla o la frente, la conocida zona T. Lo dejas un rato hasta que notes que se ha secado. Luego lo retiras con agua tibia y listo.
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