Lo primero que me sorprende al llegar a Milán en plena Fashion Week son las chicas que me crucé por la calle; chicas con piernas larguísimas, maquilladas y vestidas de manera muy sport caminando apuradas. Vuelvo sobre las piernas?conozco mucha gente, pero ésas parecían de otra especie.
Comienzo el recorrido del día por la Via della Spiga, una de las principales del "cuadrilátero de la moda" y que es peatonal. Allí vidrieras son piezas de arte. La más linda? La de MONCLER.
Más adelante veo una aglomeración de gente estilosa y una nube de fotógrafos?rápidamente entiendo que se trata de la salida de un desfile y bloggers, estilisitas, modelos, fotógrafos y aspirantes forman un show en sí mismo a las puertas del otro show.
Los estilismos son de lo más variados. Parece que la consigna es clara: llamar la atención. Si, veo mucha gente original y distinta. Elegantes, pocos.
Sigo mi camino hacia una exposición de la Cámara Italiana de la Moda. La Expo consiste en una Muestra Fotográfica de Sofía Loren (que estos días cumple 80 años); una muestra supera gil y bien organizada temáticamente en lugar de cronológicamente. Los paneles de fotos de "Sofia y sus sombreros"son los que más me gustaron. En otra sala, hay una demostración en vivo de los Artesanos s del Cuero de Toscana fabricando zapatos. Que decir! Unos maestros!
El edificio es un antiguo gran Palacio casi en frente al Duomo de Milán y decido tomar el ascensor para investigarlo. Llego al último piso y sobre mi derecha, se desarrolla un coctel en una sala repleta de gente que parece estar filmando un comercial de Dolce & Gabbana (lo digo por los looks), cual más lookeado que el otro. Yo no estoy tan lookeada por lo que apenas pruebo un bocadito y me voy. Adonde? Bueno, ya que estoy no me voy a perder la movida del desfile de Gucci.
Pensé que quizás me costaba encontrar el lugar, pero no?.200 metros antes ya me doy cuenta que estoy cerca por la cantidad de personas super lookeadas que me cruzo?
Es difícil describir lo que vi. En principio podría decir que parecía que todos eran VIP. Por las poses, la ropa, los bolsos, los zapatos. Pero por lo visto, pocos tenían invitación y la movida consiste en ir vestido lo más extravagante y llamativo posible y ser visto y fotografiado.
El momento culminante fue cuando alguien gritó: Ahí está Anna!! Me di vuelta y a dos metros de mi estaba Anna dello Russo, con su inigualable capacidad para jugar el juego de la moda. Un look que nadie se pondría, solo Anna dello Russo. Que como es a dos metros? Simpática, cercana, delgada?no sé cuántos años tendrá pero los que sea, no saben lo bien que los lleva!
Se hizo la hora y se cerró la puerta. Los VIP adentro, los no tan VIP, afuera. Y yo que había pensado que con esos looks todos eran VIP. Si estaban más vestidos que para ir a un casamiento!
Me fui de ahí encantada, sorprendida, pensativa?y cargada de revistas de moda que repartían por doquier! Sin dudas había vivido (y de manera nada virtual sino 3D!!!) una clase magistral de moda y una clase maestra de antropología.