De hecho, en este otro artículo te contamos de los beneficios de usarlo en una mascarilla para el pelo.
Sin embargo, en el caso de la piel, hay que tener ciertos cuidados y consideraciones, antes de emplearlo y no se recomienda en todos los tipos de piel. Por eso, hablemos primero de cómo funciona el bicarbonato de sodio en la piel.
¿Para qué sirve el bicarbonato de sodio en la piel?
Esto seguro lo recuerdas de tus clases de Química en la escuela: el bicarbonato de sodio es un químico base que ayuda a neutralizar el ácido.
Esta reacción también puede ocurrir en la piel, puesto que la piel tiene cierta cantidad de grasa con un pH ligeramente ácido.
Eso significa que el bicarbonato de sodio es útil para tratar el exceso de grasa en la piel y para exfoliar ocasionalmente tu rostro.
Sin embargo, su uso frecuente puede irritar la piel, además de acabar con ese "manto ácido de grasita" que finalmente está ahí para funcionar como una barrera protectora.
Lavarse demasiado con bicarbonato de sodio puede alterar el pH de la piel y acabar con las bacterias naturales del rostro que ayudan a prevenir infecciones y acné.
Si usas con frecuencia bicarbonato de sodio en tu piel, puedes volverla propensa a infecciones y brotes de acné. Así que, no más de dos veces por mes, y abstente si tu cutis es seco.
En este video te explicamos un poco más sobre los usos del bicarbonato de sodio:
Mascarillas de bicarbonato de sodio
Una vez aclarado el asunto, pasemos a las recetas para hacer tus propias mascarillas de bicarbonato.
Elegimos opciones que combinan ingredientes fáciles de conseguir y que complementan muy bien al bicarbonato de sodio en la piel.
Facial básico con bicarbonato de sodio
Esta mascarilla de bicarbonato de sodio es la más sencilla y sirve para controlar el exceso de grasa en la piel y limpiar impurezas.
El bicarbonato de sodio actuará comp exfoliante por sus propiedades antifúngicas y antisépticas.
Ingredientes:
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1 cucharadita de agua
Receta:
Mezcla los ingredientes hasta formar una pasta. Si necesitas preparar un poco más duplica las cantidades, pero manten la proporción de los ingredientes.
Cuando esté lista, extiende la mezcla sobre tu rostro con los dedos evitando la zona de tus labios y ojos.
No es necesario frotar. El bicarbonato actuará por sí solo en cinco minutos.
Después de ese tiempo, retírala con agua y seca tu rostro.
Para mantener tu piel saludable, usa un tónico (como el agua de rosas) y luego aplica tu crema hidratante. Así mantendrás equilibrado del pH de tu piel.
Mascarilla de limón con miel de bicarbonato de sodio
Esta mascarilla de bicarbonato de sodio es el combo perfecto para manchas y cicatrices.Ingredientes:
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio ( donde conseguirlo )
- Unas gotas de limón
- 1 cucharadita de miel orgánica
- Opcional: una gota de aceite esencial de lavanda
Receta:
Batir los ingredientes anteriores hasta obtener una pasta espesa.
Extender la mascarilla sobre tu cara limpia, sin tocar los labios ni la zona de los ojos y cejas.
Puede que sientas un ligero hormigueo por la reacción entre el limón y el bicarbonato, pero no debería de ser molesto (si sí, retírala).
Déjala reposar de 5 a 10 minutos antes de enjuagar suavemente con agua tibia. Luego seca con una toalla sin frotar.
Mascarilla de yogur con bicarbonato de sodio
Esta mascarilla de bicarbonato de sodio puede ayudar con el acé, cuando no es muy grave.Ingredientes:
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de yogur griego natural
Opcional: una gota de aceite esencial de limón
Receta:
Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una mezcla cremosa.
Extiende la crema en la cara y déjela actuar durante 10 minutos. Cuando se acabe el tiempo, enjuágate con agua tibia y sécate tu cara.
La mezcla de estos ingredientes compensan la ligera agresividad que puede tener el bicarbonato de sodio, así que puedes sentirte tranquila de usarlas.
Sin embargo, recuerda que cualquier mascarilla requiere ser probada primero en una pequeña zona del rostro para asegurarnos de que no haya reacciones negativas.
Fuente: este post proviene de Blog de Actitudfem, donde puedes consultar el contenido original.
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