Cuando adquirimos alimentos, prendas de vestir y productos de higiene personal, siempre tratamos de asegurarnos que sean de buena calidad para evitar inconvenientes y lo mismo debe ocurrir con el maquillaje ya que, si es de mala calidad, puede acarrear consecuencias negativas sobre la piel como irritación, acné, resequedad, sensibilidad o algún tipo de reacción alérgica.
Por ejemplo, aquel maquillaje que no cuenta con la tecnología de protección solar, conlleva al envejecimiento prematuro y, si además la calidad no es la adecuada, puede producirse la obstrucción de los poros y que aparezca acné o sarpullido.
Por otro lado, el maquillaje está en permanente contacto con los ojos y si el mismo tiene una calidad defectuosa, debemos tener mucho cuidado porque puede producir irritación, orzuelos o algún tipo de infección como conjuntivitis.
Por lo mencionado anteriormente, lo ideal es adquirir siempre productos hipoalergénicos y con más razón, si nuestra piel es sensible o propensa a generar reacciones alérgicas. Así que si te interesa el maquillaje y lo introduces en tu vida, ya sea de forma diaria o para ocasiones especiales, este artículo puede serte muy útil.
Paso a paso para un resultado perfecto
Actualmente son muchas las personas que, a través de sus canales en alguna plataforma o en sus redes sociales, ofrecen tutoriales de maquillaje a sus seguidores inspirándose en grandes celebridades de la moda o la música, entre otros, para que estos mismos puedan seguir el paso a paso y complementar cualquier look, ya sea casual o para algún evento especial.Para lograr un maquillaje perfecto es necesario seguir algunos simples pasos como los que te mencionamos a continuación:
Limpieza profunda: es sumamente importante que tu rostro este limpio antes de colocar cualquier producto sobre él. Podés usar agua micelar, lociones desmaquillantes o simplemente agua fría para retirar las impurezas de la piel.
Crema hidratante: es primordial que la crema hidratante que uses sea la adecuada para tu tipo de piel, dependiendo de si es grasa, seca o mixta. Esto hará que tu piel se nutra y no se engrase ni se seque al aplicar el maquillaje. De hecho, si la utilizas, este se removerá con más facilidad al momento de quitarlo.
Corregir imperfecciones: disminuir ojeras, manchas, cicatrices o acné, es muy fácil utilizando corrector. Generalmente son de tonos más claros que el tono de piel que tenemos para lograr el efecto deseado y se aplica con suaves golpecitos con las yemas de los dedos o bien con brochas o esponjas.
Aplicar base: el color de la misma debe ser el adecuado para el tono de tu piel, ni más clara ni más oscura. Lo ideal es aplicarla por todo el rostro y cuello con movimientos circulares desde arriba hacia abajo. Hay zonas que son claves como la frente, mejillas y la nariz.
Aplicar polvos: luego de la base, utilizar algún polvo para que compacte el maquillaje y elimine el brillo del rostro. Lo ideal es que este maquillaje sea translúcido porque si no, se añadirá otro color a tu piel y puede quedar demasiado exagerado.
Maquillaje de ojos: si el maquillaje es para día, lo usual es que se utilicen tonos naturales, pasteles o beige. En cambio, si es para la noche, generalmente se utilizan colores más fuertes, brillos y efecto ahumado. Todo depende de lo que quieras resaltar, como la forma o color de tus ojos, o de tu estilo. En cuanto a tus pestañas, podés utilizar máscara para alargarlas y darle más voluminosidad. También, utilizar delineador, ya sea retráctil o el clásico lápiz, para darle profundidad a la mirada.
Maquillaje para labios: por último, una buena idea es perfilar tus labios siguiendo el contorno de los mismos con un color suave y luego aplica el lápiz labial elegido para darle textura y volumen a tus labios. Si no sos fanática de los colores, podés utilizar algún brillo natural o bálsamos, para mantener los labios siempre hidratados y que tengan un detalle.