1. Tapamos solo la boca con cinta de carrocero. Fijamos con cola blanca aplicada con un pincel.
2. Utilizamos papel higiénico para realizar las cicatrices que pondremos en nuestro rostro. Las hacemos separando las capas del papel higiénico y alternando papel y pegamento apto para la piel. Con 4 capas será suficiente. Cuando lo tengamos, aplicamos aire frío con el secador.
3. Realizamos otra herida en la frente. Repetimos los pasos del punto anterior.
4. Aplicamos una base de color intensa que cubra bien el rostro.
5. Para hacer la herida, abrimos y rompemos el papel con unas pinzas de depilar. La medida, a vuestra elección. Cubrimos con base de maquillaje.
6. Rellenamos la herida con cera roja, tempera o labial de este tono. Damos profundidad poniendo negro en los bordes.
7. Usamos sombra marrón o morada mate y aplicamos en todo el ojo para hacer una ojera pronunciada. Ponemos también en el contorno y en las aletas de la nariz.
8. El mismo pigmento lo ponemos en el resto de la cara. Podemos utilizar colores verdes, marrones, azules, el tono que queráis para las heridas.
9. En un extremo de la boca ponemos pigmento negro y labial rojo y difuminamos para que parezca un moratón. Seguimos aplicando sombras mate alrededor.
10. Ponemos unos imperdibles enganchando las "pieles". Y finalizamos, aplicando vaselina en las heridas para mayor realismo.
¡Es muy fácil de hacer!