Si las hay saludables, serán muy pocas, pero lo cierto es que ninguna dieta de revista cumple con la regla de individualizar una alimentación o personalizar la dieta acorde a las necesidades, preferencias y posibilidades del consumidor, por lo tanto, las probabilidades de que la dieta sea saludable para una persona son muy bajas.
Pues si una dieta no se personaliza a los gustos, rutina, preferencias del consumidor, será menos sostenible y por más equilibrada y completa que sea no nos ayudará a lograr cambios duraderos en el tiempo. Por otro lado, al no ajustarse a las necesidades individuales, la dieta puede propiciar alergias, carencias en situaciones especiales como adolescencia, infancia o embarazo así como también, puede interferir con un tratamiento medicamentoso.
Entonces, las dietas de revista no son saludables, porque aunque no sean dietas severamente estrictas o milagrosas, al no estar personalizadas pierden gran parte de los efectos saludables que pueden tener si se ajustan a las individualidades de cada uno.
Por otro lado, ninguna dieta saludable y por lo tanto personalizada puede difundirse en una revista de manera genérica para que cualquiera la adopte, de lo contrario, pierde aquella individualidad que la hace sana y adecuada a cada uno.