If you can’t eat, don’t put on your skin
Así de simple y sabia es su filosofía: todo aquello que toca su piel es de origen 100% natural. La cultura de la belleza y del estilo de vida en general en Japón se enfocan en el consumo de productos orgánicos y naturales que se complementen entre ellos. Aceites, extractos de plantas, esencias de flores y exfoliantes naturales, bastan para una rutina de belleza completa.
Desintoxíca-te
El té verde es una de las fuentes más poderosas de antioxidantes y es parte de la dieta básica de las mujeres japonesas. No sólo es un gran aliado para un tema estético, sino para una vida saludable, pues desintoxica las células y tiene propiedades antiinflamatorias. Úsalo para limpiar el cuerpo de adentro hacia fuera, para una piel resplandeciente y libre de acné, para tener energía y preservar la juventud.
Más limpieza, menos make-up
Japón es el segundo mayor mercado de producción y consumo de productos cosméticos en el mundo, después de Estados Unidos. Sin embargo, más del 50% de su producción se concentra la elaboración de productos de limpieza y cuidado, más que cosméticos. Las japonesas tienen una regla básica: hay que invertir en un buen limpiador y un buen filtro solar, antes que en maquillaje. La limpieza profunda del rostro es el ritual más importante de las mujeres de aquel país… y se nota.
Algas y madera para un pelo ¡wow!
Suelen usar un extracto de algas con agua como mascarilla para el cabello. Tú puedes hacer tu propia versión con una infusión de algas dos veces por semana, y complementar con un ritual de cepillado con un peine de madera natural, para distribuir mejor los aceites del cuero cabelludo. Recuerda consumir algas como parte de tu dieta (bendito sushi), para obtener un pelo sano y brillante.
Mi BFF, el arroz
Pocas culturas tienen una alimentación tan saludable como la japonesa y, fieles a su mantra principal —”eres lo que comes”—, consumen arroz, no sólo como el principal carbohidrato de su dieta, sino como su aliado incondicional. Una exfoliación de arroz molido con té de jazmín puede reducir las manchas del rostro y remover las células muertas. Enjuagarse el rostro con agua de arroz es además, garantía de limpieza profunda, gracias a sus propiedades astringentes.
Vitamina C
La vitamina C es la enemiga número uno de la melanina, causante de las manchas en la piel. Su consumo de forma natural o en jugos es parte de su alimentación diaria y el secreto para una piel de porcelana.
¡No sabía que lo estaba haciendo mal! Frotar los productos sobre el rostro no sirve de nada; lo ideal es esparcirlos, presionando suavemente con los dedos y las palmas de las manos para que penetren a profundidad y que la piel de la superficie no se dañe.
Kobido
El masaje facial por excelencia. Una técnica que tiene más de 500 años y que no sólo es una aliado infalible para retrasar el envejecimiento o renovar la piel cansada, sino también para retrasar el paso del tiempo. No sólo es bueno para la piel sino que, además, ¡es súper relajante!
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