Para esta ocasión especial, os voy a desvelar los misterios del labial infinito, que ya podréis ir a cenar, beber, o besaros; que va a ser muy difícil que os quedéis con los labios sin color (aunque no garantizo que los de tu pareja se queden como están! jeje).
Lo primero que hay que hacer es tratar los labios con una buena exfoliación e hidratación, como os expliqué en el anterior post sería perfecto, o si no pudiérais, otro plan es hidratar un rato antes con vaselina.
Si vamos a maquillar nuestros labios de rojo, tenemos que decidir qué tono elegir: los tonos más cálidos (con mayor proporción de amarillo) pueden tender a dar sensación de que amarillean los dientes, mientras que los más fríos (granates, burdeos… con más proporción de azul) los “blanquean”.
Tenemos que hacernos con una barrita y un perfilador que sean lo más parecidos posibles. Y empezamos a perfilar:
El primer paso es dibujar el corazón:
El siguiente paso sería maquillarnos las comisuras, para marcar los puntos principales del labio superior (no tengo maquillaje para arreglarme la paleta rota jaja):
Ahora unimos el corazón con las comisuras de forma ascendente, es decir, de comisura a corazón, porque si lo hacemos hacia abajo nos podría quedar el labio caído ¡y para nada queremos eso!
Y proseguimos con el labio inferior, delineando justo el centro.
Ahora, acabamos de perfilar uniendo del centro a las comisuras (en esa dirección, de dentro hacia afuera). Y rellenamos tooodo el labio con el mismo perfilador, sin salirnos de la línea, ¡como en el cole!
Ahora pasamos al labial. Yo prefiero aplicarlo con un pincel en vez de con la barrita del tirón, porque se puede controlar mejor el no salirse, y porque se aplica la cantidad de producto que necesitamos, no en exceso. El mío es el 040 de Deborah, pero creo que es de una colección especial porque no lo he vuelto a encontrar, la barrita es roja por fuera.
Ahora, tenemos que sellar esas capas que llevamos, y para ello utilizamos los polvos matizantes, que aplicaremos muy suavemente y con poca cantidad con la brocha de polvos yo usé los prep and fine de catrice.
¿veis como queda? muy mate y a mi me ha quedado un poco clarito porque he echado mucho producto, pero no tiene porqué aclarar el color.
Con esto, hemos sellado todo lo que hemos hecho, creando como una capa de separación. Y ahora el siguiente paso es volver a hacer todo lo de antes: delineado y relleno con el perfilador y rellenar todo con el labial.
Así llevamos ya 5 capas de productos que aunque se vayan yendo, es muy difícil que nos quedemos sin nada.
Para acabar, tenemos que decidir con qué efecto queremos quedarnos: mate, satinado, muy brillante… o sea, nos podemos quedar con que la última capa sea el labial, o una capa de polvos translúcidos, o con una capa de brillito.
Yo he optado por acabar con el gloss xxxl shine del color red blossom de essence, que además de dar un montón de brillo, ayuda al color y ¡es baratísimo!
Por ultimísimo, vamos a dar volumen y a resaltar los labios, perfilando la parte exterior con muuuy poquito iluminador o corrector clarito muy difuminado, sobre todo por la parte del corazón. Así damos luz y un aspecto increíble.
¡Y ya está todo! Si queréis, podéis fijarlo todo ya de remate con un fijador de maquillaje, como el que tengo yo de Garmont, que venden en estos gremios y cuesta como 5 euros pero dura muchísimo.
Ahora, ¿quién se atreve?