El diseñador elegido está firmado por Luiggi Massi, creador de Atelier Versace. Esto no ha sido nunguna sorpresa, ya que se trata de una de las firmas fetiche de Angelina. Ha sido un poco clásico para mi gusto: raso blanco, corte tipo A, simulación de corsé… El toque de originalidad ha sido el velo, que en los primeros momentos en los que vieron la luz la instantáneas generó un poco de confusión. El misterio de los estampados que lucía sobre el velo era más simple e infantil de lo que parecía: había sido decorado con dibujos de sus seis hijos, que habían dispuesto motivos dispares como la Torre Eiffel, algunas cebras, una batería, palabras como ‘papá’ y ‘mamá’ o la bonita estampa familiar al completo. ¿Horror o ternura máxima?
En las redes sociales se ha dicho de todo al respecto: desde que parecían una cortina de baño de Ikea, a que parecía un osito de peluche de venta en América que se puede pintar y lavar.
El resumen de todo esto es que Angelina quizá sea una de las mujeres más envidiada del mundo: millonaria, profesional de éxtio, belleza divina, marido guapérrimo, familia perfecta y encima se casa con un vestido de Versace. ¿Cuánto dinero hay que tener para casarse con un diseño exclusivo de alta costura y permitir que tus hijos destrocen el velo? Ese pasa a ser otro de los grandes misterios del mundo de Hollywood.
-Noemi
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