hoy vengo a hablaros sobre un tema que preocupa mucho a las mujeres:
¿Cada cuanto tiempo he de aplicarme los productos de belleza? Cuando hablamos de productos de belleza, nos estamos refiriendo a los destinados al cuidado y mantenimiento de la piel tanto de la cara como del cuerpo. Por eso, hay que tener en cuenta la frecuencia con la que nos debemos aplicar estos productos y que resulten efectivos.
Cada vez son más las mujeres que se cuidan en casa con rutinas de belleza personalizadas que hace que acudan a los centros de estética solo por "máximas exigencias sociales" o como a mí me gusta denominarlo: una buena puesta a punto. Con esta puesta a punto me estoy refiriendo a ir a nuestra esteticista de confianza para hacernos esos retoques de belleza que nosotras no podemos: una buena depilación de cejas, una depilación corporal completa, la tan ansiada pedicura o manicura...y en un caso más urgente, la higiene profunda. Vosotros diréis qué se supone que es esto de la higiene profunda aunque más de uno seguro que sabe por donde van los tiros.
La higiene facial profunda consta, a nivel cosmético, de los mismos productos de limpieza que la realizada por una especialista salvo por la incorporación de aparatología que agiliza todo el proceso de limpieza. Cada vez son más las casas cosméticas que dedican buena parte de sus cosméticos de tratamiento en cabina al tratamiento en casa y es en este punto donde surgen las dudas sobre cómo y cada cuanto hemos de aplicarnos los productos.
Empecemos...
Desmaquillante de ojos: se aplicará diariamente incluso si no nos hemos maquillado. Solo saliendo a la calle y realizando cualquier actividad en la que estemos en contacto con el sol, el polvo o la contaminación nuestra piel ya se ensucia, más la de nuestros ojos. ¿Debe tener alguna caracteristica en especial? Que puedan usarse en lentes de contacto.
Leche desmaquillante: a diario. Forma parte del Triumvirato de nuestra higiene facial. Es imprescindible que tengamos una buena leche desmaquillante en nuestro rincón beauty de nuestro cuarto de baño o tocador. Digamos que en el lugar donde nos dediquemos nuestro "tiempo de mimos casero". Debe ser específica a nuestro tipo de piel y tener un buen poder de arrastre.
Un truco que empleo de vez en cuando es mezclar un poco de peeling suave y leche desmaquillante, repartirlo por el rostro y ayudándome de un cepillo brossage (manual o mecánico) voy moviendo la mezcla con movimientos circulares. Suelo usar la leche dos veces, y es en esta segunda puesta donde utilizo la mezcla.
Me diréis que estoy como una cabra haciendo eso pero no es nada mas lejos de la realidad. Arrastro las últimas partículas de maquillaje que puedan quedar y a la vez, con la fuerza justa, provoco una reactivación de la microcirculación sanguínea. Obligo a que los capilares sanguíneos -las venitas del rostro- se muevan y faciliten el transporte de nutrientes a la piel. Además sensibilizo la piel y la dejo lista para el tónico y los posteriores pasos de la limpieza.
Tónico: A diario. Puede usarse perfectamente como loción limpiadora sin la leche desmaquillante. Haced la prueba, veréis la cantidad de porquería que os puede quitar de encima. El uso del tónico esta especialmente indicado para las pieles grasas, ya que es un excelente regulador de las secreciones grasas. Algunos son astringentes (con sustancias encargadas de cerrar los poros y evitar el excesivo vertido de la grasa al rostro). ¿Solo esta para esta función? No, al contrario. El resto de pieles no están discriminadas en su uso.
Los hay a la caléndula para las pieles sensibles, de cafeína para las pieles desvitalizadas y a la avena para las pieles normales o secas. Es en este producto, junto con la leche desmaquillante y el desmaquillante de ojos, donde más presupuesto debemos gastar. Son la base esencial de la higiene del rostro.
Exfoliante/ Peeling / Scrub: puede ser de muchas formas cosméticas (mascarilla, gel, crema). Debemos aplicarlo una vez a la semana. El gránulo es importante ya que si lo usamos muy pequeño no estamos adelantando nada. Con el exfoliante "lijamos" la piel y eliminamos todas las pieles muertas que pueda haber en nuestro rostro y cuerpo. Si nos hacemos un exfoliado corporal debemos prestar atención a nuestros codos, rodillas y talones donde incidiremos un poco más en el masajito de aplicación. En caso de que queramos una acción mucho más intensa, debemos acudir a nuestra esteticista de confianza y que nos aplique un peeling químico o que nos realice el peeling ultrasónico -del que os hablaré en otro post-.
Un peeling químico se realiza con una sustancia química, generalmente un ácido del tipo salicílico, cítrico, ascórbico, láctico, acetico o glicólico. Engloban el grupo de los Alfa-hidroxiácidos que se emplean para este fin, en concentraciones muy bajas (2-5%) o a un porcentaje más alto (12-20 %) por dermatólogos. Los peelings quimicos exfolian la piel a un nivel mucho más profundo que un scrub ya que son empleados como método despigmentante, erróneamente llamado blanqueante. Con este tipo de exfoliantes debemos extremar la precaución de utilizar crema de pantalla total. Pues, al tratarse de un tratamiento despigmentante, los ácidos son fotosensibles y nos pueden provocar un efecto boomerang o antiefecto, duplicando el número o extensión de las manchas a tratar.
Otro de los peelings es el enzimático o biológico que usa sustancias que actúan sobre las pieles grasas, acnéicas y con la renovación epidérmica alterada como es el caso de las pieles con excesiva descamación o en continua descamación.
Mascarilla: dentro de este punto encontramos que tiene dos usos: de limpieza o de tratamiento. Ambas se aplican una vez a la semana. Su tiempo de exposición está indicado por el fabricante, por lo que se debe dejar actuar entre 15-20 minutos. Dentro de este campo, podemos introducir los velos de colágeno que también actúan como mascarilla de tratamiento.
Cremas de tratamiento: la hidratante de día, la nutritiva de noche, la crema de las primeras arrugas, la crema de las pieles desvitalizadas...Todas se aplican después de la mascarilla junto al contorno de ojos y labios.
Serúm, suero o elixir: una vez a la semana al igual que el peeling. Es el broche de oro a nuestra rutina mensual de belleza. Regeneradores, remodeladores, tensores o alisantes, regeneradores o hidratantes, elige el tuyo según tu necesidad.
Representa el cóctel de vitaminas y nutrientes por excelencia. Son formulaciones muy concentradas que complementan a las cremas de tratamiento que nos hayamos aplicado. Cuando nos referimos a formulas concentradas, podemos incluir las famosísimas ampollas de belleza, de las que abundan en el mercado con acciones distintas y específicas.
Mima tus manos y tus pies. La manicura y la pedicura son otro de los puntos a tener en cuenta en nuestra sesión de belleza. La manicura, si tenemos habilidad y los productos para ello, podemos hacerla en casa. No quita que la pedicura no seamos capaces de hacernosla pero si hay ciertos puntos de ella, como es el caso de la eliminación de durezas o arreglar uñas descamadas, en las que es necesario acudir a nuestra esteticista de confianza o en extremos más graves al podólogo si padecemos de callos. En casa podemos cortar las uñas, empujar las cuticulas, limar con la piedra pómez y aplicar la laca de uñas. Si optamos por querer una pedicura más duradera, no hay opción mejor que la pedicura semipermanente que dejara nuestros pies listos para todo un mes o mes y medio. Normalmente se realiza el tradicional maquillado francés que va con todo pero con esta técnica, tenemos la posibilidad de aplicar otra laca de uñas encima siempre que cuando vayamos a quitarla no usemos un quitaesmalte que contenga acetona. ¿Por qué? Pues porque puede mandar al traste con la pedicura si abusamos de ese tipo de diluyente.
Hasta aquí el post de hoy¡
¿Haces algo en especial dentro de tu rutina de belleza que no esté aquí? ¿Cuál?
¿Usas algún producto que te haya resultado muy efectivo?
Un beso y nos vemos en el siguiente post.