Hace un tiempo, mi querida Lileth (Noelia) escribía un post en su blog Lilethmania sobre los errores más garrafales para vestir en una boda. Un post que os recomiendo muy mucho. Su Dress code de boda para Dummies (O cómo saber qué te pones para ir a una boda si eres un inútil del estilismo) no tiene desperdicio ninguno y es de bien merecida atención. ¡Os váis a reir mucho!
Pues bien, la boda de Eva, al igual que muchas otras que he seguido con atención trajo de vuelta mi lado más crítico. Y removió mis inquietudes sobre qué se debe y no se debe llevar a una boda de estas características. Dispuesta a despotricar sobre unas y otras me puse a verla con atención.
Según las normas de etiqueta y protocolo en las invitaciones, obligaba a los caballeros a llevar chaqué y a las señoras a llevar lo acostumbrado a un boda de tarde. Hasta ahí todo bien, te plantas delante de la televisión esperando con impaciencia el desfile de invitadas a la boda y, de repente, lo ves ahí escoltado entre dos trajes de chaqueta de lo más peculiares...
Un puñado de orejones sobre un plato fucsia.
Esta sublime creación culinaria pertenecía a Samantha Vallejo Nájera. Aquí una que os escribe la miraba con admiración, mi señora madre con estupor. cuanto más la miraba ella con descontento más lo hacía yo con una sonrisilla traviesa. Esta dura batalla de opiniones se reducía a su conjunto en sí ya que mi madre es más "clásica", más de seguir la etiqueta y yo, si puedo, me lo salto. Para ella iba hortera, discordante y poco elegante y para mí iba fantástica, original y cómoda.
Mi señora madre, por criticar, criticó hasta la fotógrafa, con su mono naranja satinado, que cámara en mano iba sacando fotos de todos los que llegaban a la boda.
-¿No se podía poner un vestido? preguntaba ella.
-Mamá, va trabajando y necesita comodidad, le respondía yo.
-Iría mejor con falda.
El tema del pantalón es algo de lo que os hablaré en un momento.
Cuando vi a Samantha me vino a la cabeza la propuesta de invitada de boda de A trendy life, que dentro de la elegancia que la caracteriza, iba cómoda y chic para un programa que sacaron sobre blogueras en el canal Decasa. Actualmente lo están volviendo a emitir.
Samantha rompió con las normas de protocolo. Su peculiar tocado, la chaquetilla sin mangas con cuello peludo, la camisa y la falda, por no olvidar la desconexión entre el clutch y los zapatos.
Verás tú como dicen que va mal vestida, sentenciaba mi madre.
Al tiempo, la web de Divinity la coronaba como uno de los aciertos entre las invitadas a la boda incluso frente al look clásico pero poco acertado de Vicky Martín Berrocal, que ya le vale siendo diseñadora. Sin olvidar el conjunto de su hermana.
Pamela de ala ancha, bien. floripondios y tul, mal. El clutch a juego con los zapatos, correcto.
Pero ¿qué se lleva a una boda de tarde en otoño? Obviamente no vas a ir en manga corta ni tiranta que ya estamos en unas fechas bastante frías. Depende mucho del lugar de la ceremonia. Aquí en el sur todavía podemos permitirnos tirar de colores alegres dadas las temperaturas. Entonces ¿qué me pongo?
La opción de Vanesa Martín es una excepción a la manga corta. El largo de la falda, excesivo, y el enorme lazo azul le sobraba a la pamela de Pastora Soler, por lo demás iba perfecta.
Si tiras por lo clásico, a este tipo de enlaces se suele ir con un vestido midi o traje de chaqueta y falda, tacón medio, clutch y tocado o pamela. En estos dos últimos, el tocado puede ser un pequeño gorrito con o sin redecilla y la pamela de ala amplia y coronilla discreta, con adornos sencillos. Hay ciertos tocados, muy del estilo de las bodas reales británicas que se lucen solos por su original diseño así que no abuses con el resto de complementos.
Look clásico e impecable de Raquel Revuelta.
El vestido midi de manga larga, cuello redondo y falda de vuelo con los complementos a juego de Maria José Suarez. Clásico y elegante.
La modernidad midi de Elena Tablada. El total color block en violeta de María Colonques.
Si quieres ir diferente apuesta por estas opciones...
El encaje bicolor de Resurreción Samper. El vestido estampado de la acompañante de Manu Sánchez.
Mono, pantalón largo y blusa ¿Sí o no? ¡SÍ¡ Es cada vez una opción más que socorrida sobretodo para bodas de tarde-noche en las que no te apetece llevar vestido pero si tener las piernas cubiertas. Aquí la apuesta es sencilla, un conjunto de dos piezas en el que juegas con los colores y las texturas de los complementos o dejas que la prenda protagonista sea el mono o conjunto y simplificas los complementos. El peinado y el maquillaje, sencillos, destacando preferiblemente los ojos.
GET THE LOOK. Si tienes alguna boda en puerta, espero que estas opciones te inspiren y te ayuden a ir diferente.
Aunque yo sí que me atrevería a llevar algo como lo de Samantha ¿y tú?¿Eres arriesgada o clásica?
¡Nos vemos en el siguiente pos!