Tener unos dientes bonitos y sanos no es solo cuestión de estética.
Muchas veces nos podemos sentir insegur@s por nuestra sonrisa.
Que nuestros dientes no estén rectos, separados, adelantados, e incluso apiñados... Pueden arruinar nuestra relación para con los demás e incluso conllevar problemas más serios para nuestra salud bucal.
En este post, te cuento mi experiencia con los brackets y un tratamiento novedoso llamado ortodoncia invisible.
No todo el mundo de manera natural tiene unos dientes perfectos y bien alineados, por eso mediante la ortodoncia podemos corregir esos problemas; Solo debemos de buscar un buen dentista asegurándonos de que disponga de número de colegiado, buscando referencias/criticas si por ejemplo queremos acudir a dentistas en lima, Madrid, Buenos Aires... Ya que muchas veces los precios nos tientan mucho, pero no corresponden con el tratamiento entero (consultas, anestesia, cirugía...).
Los tiempos han cambiado y ya no es necesario llevar brackets metálicos. La ortodoncia invisible es la nueva alternativa!!.
Pero... Es igual la ortodoncia invisible que los brackets?!.
La diferencia entre brackets y ortodoncia invisible, es que esta última lleva férulas transparentes la cual tiene la forma exacta de tus dientes, ideal para aquellas personas que no pueden permitirse (o no quieren) llevar aparato ya sea por su actividad publica o porque no quieren que la gente se de cuenta de que utilizan aparato.
No tendrás que preocuparte porque te quede comida entre los dientes o tener que privarte de algunos platos, puesto que basta con retirarlos cuando vayas a comer y volver a colocarlo cuando termines.
Además, suele ser un tratamiento más corto que llevar brackets, pero... El precio?!.
Resulta una técnica más cara que los clásicos aparatos de metal ya que exige una titulación específica y cuenta con un sistema digital muy puntero, igualmente, debido a que los correctores de calidad se fabrican en EEUU, puede haber alguna diferencia económica (pregunta a tu dentista la diferencia).
Mi experiencia con los brackets:
Con 12 años durante un año entero (no existía ortodoncia invisible), los primeros meses me sentía muy insegura. Es más, creo que la adolescencia es una época a veces complicada y tener esos aparatos metálicos de acero inoxidable con gomas de colores siendo muy tímida no ayudaba mucho.
Recuerdo ir todos los meses al dentista a que me cambiaran los elásticos (dependiendo de la fuerza que el ortodoncista quiera aplicar sobre los dientes elegirá unos elásticos de mayor o menor grosor y/o diámetro) y pequeñas llagas en las mejillas y lengua, molestias al cambiar las gomas, y no poder comer chucherias (chicles, palomitas, caramelos...), frutos secos, bebidas cítricas para no fomentar caries... Es lo que más recuerdo. (Si tu has pasado o estás pasando por el proceso, me entenderás a la perfección).
Asimismo, el cuidado dental era muy aburrido. Tenia que ser muy meticulosa para limpiar bien los dientes y no acumular placa bacteriana...
Pero la parte positiva es que un año pasa rápido y los resultados fueron increíbles.
Honestamente, si hubiese existido la ortodoncia invisible, creo que habría pedido a mis padres esa solución para arreglar mis dientes.
Y como no, es muy importante invertir tiempo en la limpieza bucal. De nada sirve tener unos dientes preciosos sino llevamos una rutina.
La formación de placa dental, caries, gingivitis, halitosis... Son malas compañeras.
Y si lo que te preocupa es el dinero, existen muchos métodos de financiación para que puedas tener la sonrisa que siempre has deseado.
Y tú, has llevado o llevas brackets?!