Esta es una variante que combina las dos formas de ejercicios, correspondientes a los capítulos o apartados nº3 y nº4 de mi blog, de esta forma ampliamos los efectos con un solo ejercicio que abarca desde los parpados superiores hasta los pómulos. Esto no significará que este ejercicio en particular deba o pueda sustituir a los otros dos, cada uno de ellos tiene su espacio exclusivo en el diseño de los programas de gimnasia facial.
Beneficios estéticos: exactamente los mismos que en los dos ejercicios anteriores, con la salvedad de que aquí sumamos y ampliamos los efectos. Mejora de la tonificación general de la zona, notable incremento de la estimulación sanguínea, lo que redunda en una serie de efectos positivos a nivel de oxigenación y nutrición celular en músculos y piel, reabsorción de líquidos y toxinas, además de contribuir a una mejora del metabolismo local al movilizar toda esta área.
Al ejercitar esta zona también colaboramos en la prevención y mejora de las finas arrugas que surgen en la parte exterior o lateral de ambos ojos, lo que solemos denominar como patas de gallo. Así como de las arrugas del entrecejo, etc. La práctica de este ejercicio actúa como un gran remedio relajante de las zonas periféricas próximas a los ojos y de los globos oculares, ayuda a aliviar la tensión y a calmar los ojos cansados.
Otro gran efecto significativo debido al trabajo directo sobre los músculos de los pómulos y mejillas, se debe a que ayuda a evitar la caída y flacidez de éstos, colaborando a mantenerlos altos y firmes, lo que a su vez favorece un efecto atenuador sobre el surco nasogeniano.
Forma de realizarlo:
Colocar dos dedos de cada mano justo sobre las cejas, nos ayudamos con la yema de los dedos para empujar ligeramente las cejas hacia arriba, y en esta ocasión también haremos uso de los pulgares que pasaremos a situarlos justo sobre los pómulos, en su parte prominente. Es decir, dos dedos de cada mano sobre las cejas y sus pulgares respectivos sobre los pómulos, haciendo el intento de forzar la apertura de los ojos un poco más de lo debido.
Cuando ya tengamos las manos en la posición apropiada entonces intentaremos cerrar al máximo los ojos añadiendo un cierto énfasis, bajando las cejas y simultáneamente elevando los pómulos, mantenemos cerrados los ojos uno o dos segundos para seguidamente volverlos a abrir y retornar lentamente a la posición inicial.
Como en el caso del ejercicio anterior, perteneciente al apartado nº 3 (EJERCICIOS PARA LOS POMULOS Y LAS BOLSAS DE LOS OJOS). Prestar especial atención y cuidado en la colocación correcta de los dedos, sobre todo si se padecen bolsas pronunciadas, evitar apoyar los dedos sobre ellas, ni ejercer demasiada presión.