Además, el brillo, que normalmente desaparece al día siguiente de pintarlas, con este nuevo sistema dura lo mismo que la manicura. En un principio sólo podía accederse a colores básicos pero, en la actualidad, podemos encontrar una amplia variedad de tonalidades que van, desde las pastel y claritas, hasta las más intensas.
Los únicos inconvenientes son que se necesita una lámpara especial para secar el gel y que para quitarlas se precisa de un líquido especial, por lo que en muchos casos deberemos acudir a un centro especializado. Las firmas más conocidas son la inglesa Opi, con su línea Axxiúm, la americana Shellac y Gelac.
Aquí os dejo un vídeo en el que se ve a la perfección en qué consiste este tipo de manicura.
¿La habéis probado? ¿Qué os parece?