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De repente un día te miras al espejo y notas que la piel joven y fresca que tenías hace solo unos años ha desaparecido, encontrándote un sinfín de líneas de expresión, arrugas, tono apagado y cetrino, manchas y rojeces, falta de luminosidad, vamos que te ves hech@ un cromo y no sabes como ha podido ocurrir para, aún cuidándote con los mejores cosméticos del mercado, evitar que el envejecimiento avance mucho más rápido de lo que debiera. ¡Si tengo treinta años y parece que tengo cuarenta! Estoy convencida de que en alguna ocasión lo habéis pensado sobre alguien o, lo que es peor aún, sobre nosotr@s mismos así que para poner remedio y que no nos pase vamos a hacer un repaso a esos malos hábitos que envejecen nuestra piel y, de una vez por todas, intentar desterrarlos de nuestra vida.
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Alimentación e hidratación : Una alimentación deficitaria se va a ver reflejada en nuestra piel siendo la causante de su tono apagado, falta de luminosidad y de firmeza. La solución no puede ser más fácil, una dieta rica en alimentos antioxidantes, baja en grasas, en la que no se abuse de los alimentos procesados y el azúcar esté prácticamente eliminado de ella, además de beber dos litros de agua diarios, es esencial para mantener nuestra piel en perfectas condiciones.
No usar protección solar ni usar gafas de sol: A cabezota me ganan pocos y si tengo que repetir hasta la saciedad la extrema importancia que tiene el uso de protección solar y gafas de sol cada día del año, lo haré. La piel es el órgano más importante de nuestro cuerpo y hay gente que todavía no se entera del mal que le podemos ocasionar por nuestra mala cabeza. Hay que protegerse del sol SIEMPRE, también en invierno, en los días nublados o lluviosos, cuando hacemos deporte e incluso para ir a por el pan aún cuando la panadería quede debajo de casa.
Estrés: En la sociedad en que vivimos es complicado no estresarse ni siquiera mínimamente, siempre hay algo que nos va a sacar de nuestra zona de confort, pero hay que procurar relativizar todas aquellas preocupaciones y darle a las cosas la importancia justa y necesaria además de guardar esa energía que perdemos cuando estamos estresados para lo que realmente importa. El estrés se refleja en nuestra expresión y da lugar a arrugas muy feas y de aspecto triste.
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Fumar: Este hábito tan agresivo además de ocasionar daños a todos nuestros órganos internos hace un daño inmenso a la piel, cargándose sin piedad las fibras de colágeno y llenándola de toxinas, de ahí que las personas que fuman suelan tener un tono de piel apagado y muchas papeletas para adelantar la aparición de arrugas - fijaos en el famoso "código de barras" de aquellas personas que fuman o han fumado mucho - que las que no tienen ese vicio. Es uno de los peores "favores" que te puedes hacer a ti mismo, palabra de ex - fumadora.
Mascar chicle: Es muy bueno para la salud dental - siempre que sea sin azúcar claro - ya que nos ayuda a prevenir la caries - después de comer por ejemplo - además de ejercitar los músculos de la mandíbula pero también tiene sus inconvenientes y es que mascar chicle durante demasiado tiempo, ocasiona arrugas alrededor de nuestra boca.
Postura al dormir y falta de descanso: Tan malo para nuestra piel es dormir pocas horas como dormirlas mal y posturas como dormir boca abajo, de lado o en posición fetal pueden ocasionarnos a la larga arrugas en la frente, en el mentón, mejillas e incluso en el pecho sin darnos apenas cuenta. La mejor posición para dormir es boca arriba, sobre nuestra espalda y procurando no movernos demasiado - la elección de la almohada es esencial para conseguirlo -.
Contaminación: Si vivís en una gran ciudad no significa que tengáis que mudaros inmediatamente a un recóndito pueblo perdido de la mano de dios pero si procurar dedicar parte de vuestro tiempo libre a salir de ella y pasarlo en el campo, al aire libre, oxigenando nuestros pulmones y nuestra piel - y nuestra mente -. Para el día a día hay marcas cosméticas que tienen productos específicos que protegen de los daños que puede ocasionar la contaminación en nuestra piel, una de ellas es Shiseido y ya os he hablado de uno de sus productos, perfecto para aquellos que pasamos la mayor parte del tiempo en la ciudad.
Falta de ejercicio: El deporte es salud y con salud la piel luce mucho mejor y sino fijaros en la piel de la mayoría de las personas que hacen deporte con regularidad - no los atletas, ellos tienen la piel machacada de tanto ponerse al límite - ¿A qué parece que tienen unos cuantos años menos de carnet?
Usar productos inadecuados para nuestro tipo de piel: Esto lo hemos hecho todos en alguna ocasión, utilizar productos pensando que iban a funcionarnos y a los tres o cuatro días de uso tener que dejarlos olvidados en el cajón. Si no tenemos claro que producto utilizar hay que dejarse aconsejar por un experto en el cuidado de la piel o intentar conseguir muestras o minitallas de aquellos productos que nos gustaría probar. Hay marcas que son de lo más generosas y saben que es después de cierto tiempo cuando vemos resultados en la piel aunque hay productos que con solo un par de usos ya sabemos que se van a quedar con nosotros para siempre.
Limpieza: Imprescindible para presumir de una buena piel y eliminar las toxinas que se van acumulando en la superficie. Imprescindible por las mañanas pero con mayor razón por la noche ya que el maquillaje, los cosméticos, el sudor y la contaminación taponan los poros impidiéndola respirar.
¿Añadiríais algún mal hábito más que perjudique nuestra piel? ¿A cuáles de estos habéis puesto remedio y como lo habéis hecho?
Para más información puedes consultar mi perfil de Google+ de Blanca Cabrerizo o contactar conmigo en theblancheblog@gmail.com