La razón por la que estas técnicas se aplican principalmente en los tratamientos faciales es precisamente por el hecho de que se busque un impacto mínimo en la fisionomía de la persona tratada y porque estos cambios no se muestren de manera radical en el rostro de la persona, alterando incluso sus facciones.
En este sentido, resulta oportuno apuntar que la cirugía facial mínimamente invasiva se refiere a un conjunto de técnicas mínimamente agresivas de tipo microquirúrgico donde se busca el embellecimiento de las facciones, así como el rejuvenecimiento de los rasgos. En centros médicos de renombre, como IML, dentro del amplio abanico de posibles tratamientos, se ofrece la posibilidad de contar con este tipo de tratamientos microquirúrgicos, ya que suelen ser muy satisfactorios y las recuperaciones tras la intervención suele ser mucho más rápidas.
Ventajas de la cirugía mínimamente invasiva
En el ámbito médico, la cirugía facial mínimamente invasiva se considera uno de los tratamientos más avanzados en el campo de la cirugía estética. Sus ventajas son muchas respecto de los tratamientos de cirugía tradicionales, tanto en los resultados como en los tiempos de ejecución y de recuperación:
Inmediatez en los resultados. Los tratamientos aplicados a través de cirugía estética mínimamente invasiva consiguen resultados que se pueden apreciar en muchos casos, días después de la aplicación del tratamiento.
Traumatismo localizado y minorado. La invasión que se realiza en este tipo de cirugía estética es mínima, por lo que se limita el traumatismo de las zonas tratadas a través de este tipo de tratamientos y los tiempos de recuperación se reducen.
Resultados naturales. Los rasgos en conjunto son mejorados a través de la cirugía estética mínimamente invasiva, no se pretende solo tratar un área provocando un cambio radical de solo esa zona, sino que se trata el conjunto para conseguir armonía y naturalidad por encima de la artificialidad de algunos tratamientos tradicionales.
En la mayoría de los casos, además, la cirugía mínimamente invasiva al ser un tratamiento en el que solo se desarrollan técnicas microquirúrgicas, no resulta necesaria la hospitalización de los pacientes que se someten a estos tratamientos. De esta manera se pueden realizar estos tratamientos, con un tiempo mínimo de recuperación y por supuesto sin dificultar el ritmo de vida cotidiano de aquellos que se decidan a someterse a tratamientos de cirugía mínimamente invasiva.
Sin duda, este tipo de avances en el ámbito de la cirugía estética, son aplaudidos por facultativos y posibles pacientes, porque los tiempos se acortan y porque los resultados son apreciables por los pacientes quedando mucho más satisfechos en la mayoría de los casos.