El calor del verano nos afecta de varias formas, no solo a nivel emocional, sino también físico y sensorial. La forma en que se comportan las fragancias con el calor y cómo las apreciamos es una buena prueba de ello. Por eso, la elección del perfume en verano es clave para sentirnos a gusto con nosotros mismos y, a la vez, no saturar a quienes están a nuestro alrededor. Al fin y al cabo, el aroma que desprendemos forma parte de cómo nos perciben los demás y este debe fluir y armonizarse con las diferentes estaciones para que nuestra presencia resulte bienvenida y agradable.
Cómo afecta el calor a la percepción y proyección del aroma
El calor es un factor que influye de manera directa tanto en la forma en que los perfumes proyectan como en nuestra percepción. En verano, con el aumento de las temperaturas, las moléculas aromáticas se evaporan más rápido, lo que conlleva a una liberación más intensa de las notas olfativas, sobre todo, las dulces y las especiadas. Esto, a su vez, hace que el aroma se vuelva más fuerte y, cuanto más intenso, más amplía su capacidad de proyección, por lo que puede saturar el ambiente.Notas que funcionan mejor en verano
Las notas que mejor funcionan en verano son las cítricas, las verdes, las acuáticas y las florales, siempre y cuando sean ligeras.Las cítricas aportan aromas que suelen evaporarse rápido y dejan una sensación de limpieza fresca a su paso. Algunas como el limón, la mandarina o la bergamota son comunes en los perfumes enfocados en el verano.
Las verdes o herbáceas, como la albahaca y la salvia, suelen funcionar muy bien al aire libre, gracias a su frescura natural y a que evocan el mediterráneo; mientras que las acuáticas son perfectas para jornadas calurosas o días de playa.
En cuanto a las notas florales, estas suelen venir en concentraciones bajas para aportar matices delicados y elegantes sin caer en lo empalagoso. Así, la flor de azahar o el jazmín suelen estar muy presentes en las fragancias nocturnas y veraniegas.
Cuándo y dónde aplicar el perfume para no saturar
Las notas olfativas no son el único factor que hace que un perfume pueda llegar a saturar o no. El momento y las zonas en que los coloquemos también son muy importantes, y lo mejor para que el aroma se fije en la piel es hacerlo después de ducharnos. De esta manera, poniendo el perfume en zonas en las que se percibe el pulso con suavidad, como detrás de las orejas o la parte interna de las muñecas, conseguiremos un aroma sutil y agradable que no llegará a abrumar por efecto del calor. Además, gracias a los formatos minis, que siempre podemos llevar en el bolso o en la maleta, podremos reaplicarlo cuando creamos que haga falta y así tener un mayor control sobre nuestra fragancia.En definitiva, la mejor forma de elegir nuestro perfume ideal para el verano es apostar por las fragancias ligeras que se integren con el clima. Notas cítricas, acuáticas, verdes y florales de baja intensidad son las reinas de esta época del año porque evocan el campo, la costa y la montaña, así que elige las que más vayan contigo y disfruta del aire libre con sus aromas veraniegos.