Aplicar siempre después de la base de maquillaje
Una de las normas fundamentales es aplicarlo después de echaros la base de maquillaje, nunca antes. Podemos extenderlo con una brocha o con toquecitos ligeros con los dedos. Hay que conseguir que no haya exceso de producto y que se difumine bien mezclándose a la perfección con la base de maquillaje.
Iluminador en polvo
Es el tipo de iluminador que mas se suele utilizar, se extiende con una brocha y siempre por distintas zonas especificas del rostro como el lagrimal, los pómulos o el arco de la ceja. Si además tu piel es grasa, es el producto perfecto.
Debajo de las ojeras
Otra de las zonas donde más destaca el uso del iluminador, es justo en la zona de las ojeras, para conseguir eliminarlas, dar luz a la mirada y parecer descansada.
Elegir bien el tono
Y por último uno de los errores más comunes: equivocarse a la hora de elegir el tono de nuestro iluminador. Hay que tener cuidado porque si escogemos uno más claro o más oscuro acentuará mas las imperfecciones en vez de eliminarlas, que es lo que buscamos. Si tu piel es más blanca, el producto tendrá que tender a colores más claros, y por el contrario, si tu rostro es más moreno, el iluminador tendrá siempre una tonalidad más bronceada.Y estos son los trucos principales para saber utilizar bien este producto de belleza y conseguir ese efecto tan deseado por todas de cara descansada pero natural. Espero que os haya gustado el post y ya sabéis que podéis seguirnos en nuestra página de Facebook para ver más contenido como este.