Lo primero, antes que nada, debemos conocer que tipo de piel tenemos porque según esto, tendremos que usar una crema u otra. Existen cuatro diferentes:
1. Pieles normales: son aquellas que pueden tener un poco de grasa o sequedad en alguna parte de la zona T, pero sin embargo, su hidratación está en equilibrio.
2. Pieles secas: Es aquella que produce menos sebo de lo normal. Existe en diferentes grados dependiendo de su capacidad de absorción para retener la humedad. A medida que pasan los años, las pieles se van secando.
3. Pieles grasas: Son aquellas que producen más sebo de lo normal. Es común en cambios hormonales o por herencia genética. También situaciones como estrés o ingestas de medicamentos la fomentan.
4. Pieles mixtas: Normalmente este tipo de pieles tienen características de pieles grasas en la zona T, mientras que las mejillas tienden a ser de piel normal o secas.
Una vez que ya sepamos qué tipo de piel tenemos, faltaría saber qué crema deberíamos comprar para nuestro rostro.
Consejos para echarse bien la crema hidratante y tener el rostro cuidado
1. Es recomendable aplicarnos el producto con la piel completa y absolutamente limpia. Si lo hacemos sin la cara limpia, lo que estaremos provocando es que no se absorba bien el producto, pues la capa de suciedad lo impedirá.
2. La cantidad de la crema también es importante. Depende del tipo de piel que tengamos, pues la absorberá más rápido o no. Creemos que cuánto más apliquemos, mejor efecto tendrá. Sin embargo, no es así, una sobrecarga de crema puede llegar a taponar los poros.
3. Existe un orden adecuado para echarnos los productos. Lo correcto sería primero el limpiador para cerciorarnos de que nuestra piel está libre de suciedad. El tónico facial, que es lo que menos se suele usar, sería el segundo para regular los desbalances que sufre nuestra piel. El tercero, el sérum para las capas más profundas de nuestra piel. Aunque muchas lo usen después de la crema, lo correcto es lo anterior. El cuarto producto, sería el contorno del ojos. Sí, esperabais leer la crema hidratante, pero un buen contorno es súperimportante porque la piel de esta zona no es igual. Y por último, la crema hidratante.
4. La forma en la que nos aplicamos los productos influye y bastante. Muchas se aplican la crema con demasiada presión, en el sentido incorrecto y frotando la piel. Realmente, debemos hacerlo como un masaje suave y siempre desde dentro hacia fuera de nuestra cara.
5. Otro de los errores más comunes es no ser constante con el tratamiento de la cara. Es muy importante echarnos crema hidratante todos los días. Sobre todo si vamos a aplicar maquillaje después. Echarnos crema un día a la semana no sirve, debe ser día tras día.
6. Un fallo muy frecuente y que tiene que ver con el anterior, es no comenzar a tratarnos la piel cuando somos jóvenes. Independientemente de la edad de la persona. La piel tiene memoria y si la castigamos desde jóvenes con maquillaje y no hidratamos si tenemos tendencia al acné, nos repercutirá en el futuro.
7. Es importante al echarnos crema no olvidarnos que existe el cuello y el escote. Las cremas faciales están adecuadas para estas zonas y es que con los años, pierden elasticidad y son zonas difíciles de rejuvenecer por eso es importante no abandonarlas.
8. Aplicarnos nada más ponernos crema facial el maquillaje es otra de las cosas que debemos evitar. Es importante aguardar un par de minutos para que la piel la absorba y así no mezclar los productos.
9. Una exfoliación de la piel es necesaria. Podemos tratarnos con miles de cremas, pero será inútil si nuestro rostro no está exfoliado, porque será como si lo aplicásemos encima de una capa que impidiera que todas las crema se absorbieran.
10. Usar una espátula para aplicarnos los productos. Aunque nos limpiemos las manos, siempre queda algo de suciedad, por eso aplicarlo sobre una espátula prevendrá que usemos mucha cantidad de producto y además evitamos el contacto directo de los dedos en la cara.
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