Te comentamos algunos consejos para dar el paso y empezar a tonificar tu cuerpo:
1. Cambiar nuestra alimentación es el primer paso. No se trata de un cambio radical, sino más bien de ir introduciendo menos grasas, sales y azúcares en nuestras comidas y a cambio probar recetas nuevas, más especias, diferentes sabores, todo esto hace que nuestro metabolismo se active, ya que le estaremos introduciendo alimentos diferentes a los que acostumbramos. Por supuesto, para crear tu nueva rutina deberás consultar con un endocrino y/o nutricionista, que son los expertos en alimentación. Consume mayor cantidad de proteínas y grasas saludables y disminuye o elimina los alimentos procesados.
2. En segundo lugar, si vas al gimnasio, habla con tu entrenador para que te explique los ejercicios específicos para las zonas que quieres trabajar. Es posible que estés haciendo ejercicios que nos sean los más indicados para lo que tu quieres y por eso no notas demasiados cambios. Los ejercicios de fuerza son claves y muchas veces no los tenemos en cuenta.
3. Ten constancia. Creo que es lo más difícil, motivarse para ir al gimnasio o realizar un cambio en tu alimentación cuesta, con lo que no te obsesiones y al principio establece unas metas razonables. Poco a poco irás viendo resultados y entonces ya es más fácil introducir nuevas metas. Por ejemplo, empieza por 20-30 minutos de elíptica o caminar al menos tres veces por semana. Es algo realista que se puede cumplir.
4. Si necesitas alguna ayuda extra, acude a un centro de belleza donde te puedan dar un tratamiento personalizado. Este último paso también lo puedes sustituir por algún producto que sea efectivo para reducir esa zona que te interesa.
5. Intenta reducir el estrés. Hoy en día el estrés es la causa del mayor número de enfermedades, intentar relajarnos cada día realizando una actividad placentera o contemplativa mejorará nuestra salud sin ninguna duda. Regálate un momento como dar un paseo por un parque, escuchar tu música favorita, ir a ver un espectáculo de humor, etc. Intenta relativizar aquellas situaciones que no puedes controlar y que no son tan importantes como nuestra propia salud.