¿Qué tal lleváis la semana? Yo ya estoy metida a fondo con la Navidad pero no quería dejar de enseñaros algunas cositas que tenía guardadas antes de entrar de pleno en diciembre y perderme con los preparativos. Una de esas cosas es este post.
Hace un tiempo, tuve la suerte de dar un curso de auto-maquillaje a mis compañeras de trabajo, para lo que me preparé una presentación con puntos clave que les hicieran verlo de manera más visual. Terminaron bastante contentas con lo que habían aprendido y todas me pidieron dicha presentación para poder ojearla en casa, por lo que he pensado contaros en los post de los jueves, que son los dedicados a belleza, algunas de esas cosas a ver si también os pueden ayudar.
Para comenzar, voy a hablaros de algo que se lleva haciendo años en el mundo del maquillaje, aunque ahora parece estar de moda gracias a celebrities como Kim Kardashian que han mostrado cómo lo usan. Me refiero a los claro-oscuros, contorneado del rostro, correcciones o cómo queráis llamarlo. Y para ello tenemos que seguir una regla fundamental:
Es decir, si hay una parte que queremos disimular o a la que buscamos darle profundidad para que quede en un segundo plano, deberemos usar un corrector, base de maquillaje o polvos de sol en dos tonos más oscuros del de nuestra piel. Por el contrario, si lo que buscamos es resaltar una zona hundida para crear volumen, nos ayudaremos de un iluminador, base de maquillaje o corrector dos tonos más claros que el nuestro. No confundáis los tonos oscuros con el colorete, ya que éste iría en los pómulos en el espacio que queda entre los claros y los oscuros y deberá ser en un tono más coral o rosa.
Ahora bien, ¿dónde debemos aplicar cada uno? En líneas generales, los oscuros irían en los bordes de la frente, la línea bajo los pómulos (esas que marcamos al poner cada de pez) y los laterales de la nariz si se quiere estilizar. Los claros quedarían reservados a la zona baja de la ojera, creando un triángulo entre el lagrimal, el final del ojo y las aletas de la nariz, así como las zonas centrales de la nariz, la frente y la barbilla y aquellas arruguitas que queramos disimular. No obstante, esto varia ligeramente según nuestro tipo de rostro con el fin de crear mayor armonía.
Imagen: Sistlers
Para saber cuál es vuestro tipo de rostro debéis echar todo el cabello hacia atrás y mirar qué zona o línea es la más prominente. Recordad que ningún rostro se identifica al 100% con una forma geométrica concreta pero tenéis que valorar qué disimular o resaltar para crear un óvalo de manera armoniosa. Aquí os dejo las claves.
Rostro ovalado: se considera la armonía perfecta y no necesita correcciones. Si se quiere, se puede contornear la zona baja de los pómulos e iluminar la frente, los triángulos bajo las ojeras y dar color a las mejillas con colorete.
Anchos, ya sean redondeados o cuadrados: poseen la frente y el mentón de tamaño similar. Usaremos tonos oscuros para simular un óvalo y marcar los pómulos, mientras que los claros destacarán la zona central, creando un efecto ligeramente alargado en los rostros redondos. Aplicar el colorete ligeramente vertical. La primera imagen sería un rostro más bien redondo y la segunda cuadrado.
Alargado: predomina la verticalidad por lo que debemos intentar achatarlos. Los tonos oscuros irán predominantemente en la frente y la barbilla, aunque también maracermos los pómulos. Iluminaremos creando horizontalidad y aplicaremos el colorete en horizontal.
Triángular: tienen la mandíbula más pronunciada. Disimularemos ésta con tonos oscuros e iluminaremos la zona superior del rostro. El colorete lo aplicaremos ligeramente hacia arriba.
Triángulo invertido: al contrario que el anterior, la frente destaca más. Iluminaremos más la zona inferior, aplicando los tonos oscuros ligeramente bajo los pómulos. El colorete irá en horizontal.
Imágenes: Zdouf
Espero que os haya gustado y, si tenéis dudas, aquí me tenéis para intentar ayudaros. ¡Hasta pronto!
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