1- Con papel
Toma papel grueso sin tinta, arrúgalo hasta hacer una pelota, luego mójalo con alcohol y moldeado un poco.
Introdúcelo en el zapato haciendo presión para que puedas colocar la mayor cantidad de papel en el zapato.
Cuando termines, coloca los zapatos en un lugar seco. Debes esperar unos días para que el papel se seque ya que en este proceso se expande y presiona el zapato, lo que provoca que el material del zapato se estire.
2 – Con bolsas de agua
Llena unas bolsas con agua (o Ziploc) , ciérralas bien y colócalas dentro de los zapatos y pónlos en el congelador. Acomoda la bolsa hacia donde más te molestan los zapatos. Cuando el agua se haya convertido totalmente en hielo los puedes retirar del congelador . Entonces déjalos a temperatura ambiente espera que descongelen y tendrás unos zapatos más holgados.
Nota
Si necesitas repetir cualquiera de estos el procesos, puedes seguir haciéndolo hasta que, por fin tus zapatos te queden cómodos.
Fotografías: Utilidad; Me late chocolate