No hay por qué renunciar al bronceado de la piel: te explicamos las claves para que sea saludable
El sol es nuestro aliado, nos ayuda a sintetizar la vitamina D, tan necesaria para nuestro huesos. Pero no es necesario empacharse de sol para lucir un bonito bronceado: Recuerda que debes beber mucha agua y evitar las horas centrales del sol.Fototipos : tipos de piel según su reacción a la exposición solar
Los fototipos se diferencias por 6 factores, que determinan la capacidad de defensa frente al sol: color del cabello, color básico de la piel, pecas, posibilidad de eritema solar, capacidad de bronceado, y protección natural frente al sol. Esta última se determina por la capacidad de generar melanina. Debes tener en cuenta tu tipo de piel y cómo tomas el sol para obtener un bronceado bonito sin arriesgar tu salud.En función de estos factores, podemos distinguir 6 fototipos:
Pelirrojo de piel lechosa en invierno. Tiene gran predisposición a la aparición de pecas y al eritema solar, y nula protección frente al sol.
Pajizo de piel clara. Su predisposición a las pecas es algo menor, pero coincide con el fototipo anterior en su riesgo de eritema. Tiene escasa protección frente al sol.
Rubio de piel clara: genera menos pecas y sufre a veces eritema solar. Adquiere un bronceado ligero. Con ligera protección solar.
Castaño de piel clara en invierno. Sin pecas, desarrolla eritemas eventualmente y tiene mayor nivel de protección.
Moreno de piel oscura. No desarrolla pecas ni eritemas. Adquiere un bronceado intenso y tiene gran protección.
Pelo y piel negros. La producción de melanina es la defensa natural de nuestro cuerpo frente a las radiaciones; pero esta capacidad defensiva es limitada y se agota al envejecer.
Cuanto más intenso sea el bronceado, aumentamos el riesgo de alteraciones producidas por las radiaciones UVB en las células de la piel, que pueden degenerar en cáncer. Las radiaciones UVA potencian el envejecimiento de la piel.
Bronceado natural de la piel
Cuando comienza el buen tiempo, cómo ponerse moreno rápido se convierte en una obsesión para algunas personas.Antes del sol y durante la exposición: Recurre a protectores solares naturales que combinen filtros físicos (que ejercen barrera reflectante), químicos (especialmente eficaces con las radiaciones UVB) y antirradicales (que protejan las células de la parte no filtrada de luz solar).
Entre los filtros físicos, destacan el óxido de titanio, el óxido de zinc, el talco y los óxidos de hierro. Hay que controlar que no sean partículas nano, que puedan penetrar demasiado en nuestra piel.
Lo filtros químicos se eliminan en muchos casos por peligros de reacciones y tienden a utilizarse cada vez menos. Algunos aceites vegetales, como el de coco y el de oliva, actúan como filtro químico, pero deben ir combinados con barreras físicas y con antirradicales.
La función de los antirradicales es evitar la oxidación de los radicales libres de las células, que provoca el envejecimiento celular. Es igualmente importante contar con la ayuda de estos antirradicales después del sol, para cuidar la piel.
Si eres de los fototipos 1 y 2 , cúbrete y recurre a una bb cream para lucir un aspecto bronceado sin sufrir. Ponte al sol con protección y, si puedes, cúbrete con tejidos frescos.
Como hemos visto, la mayoría de fototipos tiene riesgo de eritema. Si no has controlado bien el protector, y te has pasado, notarás cierta irritación. El agua termal y las malvas de nuestra loción aftersun alivian el picor, y refrescan la piel.
Los flavonoides , los carotenos, así como la vitamina E tienen efecto antirradical para evitar la oxidación de las células; y el envejecimiento de la piel. Pero además, el caroteno potencia el color del bronceado, prolongando sus efectos a la vez que mantienes la piel nutrida. De este modo, evitas la descamación y luces una piel dorada.
El aceite de rosa mosqueta y el de oliva ofrecen su poder regenerador y tonificante de la piel
Y acostarse con ese aroma fresco de cítricos….
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