Por eso me encantó el Aceite Seco Sublime de Yves Rocher. Como sabréis, el aceite seco es una mezcla de aceite y tónico, que favorece la absorción del producto, no mancha y no deja sensación pringosa. Puedes vestirte inmediatamente.
Su ingrediente principal es la Andiroba, que es un fruto del que se extrae un aceite con un gran poder regeneratativo e hidratante. Se trata de un ingrediente relativamente nuevo en los tratamientos de belleza europeos, pero los indios del Amazonas llevan siglos usándolo por sus propiedades.
No sólo deja la piel suave y sedosa, sino que también tiene un perfume sutil y agradable. Viene en un frasco de plástico transparente con un dispensador. Es la única pega que le pondría, porque al ser en spray, es difícil aplicártelo cuando queda poco producto. Yo desenroscaba el dispensador y lo aplicaba como un bote normal.
Se recomienda calentarlo unos segundos con las manos y aplicarlo directamente sobre la piel dando un suave masaje. Dejará la piel satinada y elástica.
Sus ingredientes son todos de origen vegetal, y no contiene parabenos, conservantes ni ingredientes de origen mineral o animal. Se puede usar en pieles sensibles.
El frasco contiene 100 mls. y cuesta 11.75 euros. Lo bueno de Yves Rocher es que tiene continuamente descuentos tanto en sus tiendas físicas como en su web, por lo que se puede conseguir por mucho menos precio.