Una de las cosas más agradables en la vida es poder viajar y conocer destinos interesantes. Dicen que un viaje se disfruta en tres ocasiones: cuando se planea, cuando se realiza y cuando se recuerda. Pocas cosas pueden tener más valor que poder tener experiencias agradables y atesorar recuerdos en el corazón.
En estos momentos, a finales de noviembre, tengo un tobellino de emociones. Estamos iniciando la etapa más hermosa y complicada del año. En diciembre celebramos la navidad que es mi época favorita del año, por su clima, sus celebraciones y por ese ambiente de alegría que se siente. Sin embargo es una etapa donde además de tener una carga de trabajo triple si se compara con los otros meses, es el último mes del año que implica dejar muchas cosas concluidas, pagadas, definidas.
En fin, en medio de esa montaña de pendientes, la luz al final de este túnel es un esperado viaje. Estoy deseando salir corriendo y subirme a ese avión con la sensación de satisfacción de que lo logramos. Lograr terminar todo y poder desconectarnos de la realidad para recargar baterías para todo lo que está por venir.
Cuando viajo, sobre todo viajes de vacaciones de este tipo, suelo estar agotada y solamente quiero poder dormir en el vuelo. Por eso el atuendo con el que viajo y las herramientas que llevo son un tema muy importante de mi equipaje.
No me gusta viajar en buzo, pijamas o similar. Entiendo que para muchos la comodidad es su único interés, pero yo creo que podemos hacer una mezcla para viajar sintiéndome tanto cómoda como hermosa. Así que te comparto la lista de mis piezas indispensables para armar ese atuendo.
Siempre viajo con pantalones, usualmente jeens. Estos por un tema de salubridad (demasiadas personas, demasiados gérmenes) y de temperatura (el AC helado en aeropuertos y aviones).
Siempre llevo alguna capa adicional (abrigo, jacket, etc) esto por el frío de ese día.
Procuro usar pocos accesorios y que ojalá no deba quitarme en la revisión de migración, como fajas, collares muy grandes y cosas dentro de los bolsillos. Con unos aretes hermosos y un reloj es suficiente por ese día.
Siempre viajo con zapatos cómodos y con medias para no tener que caminar descalza en migración. En algunos países puedes pasar con zapatos si son tenis, mocasines o algún tipo similar. Sin embargo como no es algo estandarizado no me valgo de eso y usualmente llevo tenis o botas.
Escojo piezas que no se arruguen y usualmente del mismo color. No me gusta usar ropa demasiado clara para disimular algún accidente y un atuendo monocromático logra un estilo con más estilo.
Prefiero usar tops con bralettes en lugar de brassier rígido con varillas que pueda incomodar si hago una siesta en una silla un poco incómoda.
Deben ser piezas que vaya a aprovechar durante el viaje: zapatos, pantalón, abrigo e incluso el bolso de mano.
De la misma manera, debe ser un atuendo que se adapte fácilmente al clima del destino. Ya sea que tenga a mano ese abrigo grueso y esa liga para recoger el cabello al salir del avión (recuerda que en ocasiones te piden bajar del avión en media pista de aterrizaje!).
Si debo hacer escalas largas en algún aeropuerto me gusta llevar una bufanda tipo sábana para tener esa “manta extra” en caso necesario.
Prefiero usar anteojos en lugar de lentes de contacto porque el ambiente tan seco es muy incómodo para los ojos, sobretodo en viajes muy largos.
Espero que te sirvan estos tips. El bolso de mano debe ser escogido y empacado de manera estratégica, pero estos tips los vemos en el próximo post!
un abrazo!