¡Hola chicas!
¿Estáis pensando en un cambio de imagen o simplemente queréis cubrir las canas? Antes debemos asegurarnos de que nuestro cabello está sano y preparado para resistir la coloración.
Lavados frecuentes, falta de acondicionador, calor intenso (secador, planchas y exposición al sol), mechas, alisados químicos… Todo esto pasa factura a tu pelo. El cabello dañado se tiñe de forma desigual y el color se estropea antes. Lo más sorprendente es que muchas veces no somos conscientes del daño que soporta nuestro cabello. Hasta que un día quieres hacerte un cambio de color y te preguntas, ¿mi pelo lo resistirá? Resuelve la duda con este test.
¿FLEXIBLE O QUEBRADIZO?
El cabello sano es bastante elástico y se estira (aumenta aproximadamente el 30% de su longitud), mientras que el cabello dañado es frágil y se rompe con facilidad cuando se tira de él.
Humedece un mechón. Coge 2 ó 3 cabellos entre el pulgar y el índice y tira suavemente en dirección hacia la punta.
A) El pelo se estira y al soltarlo vuelve a su longitud original.
B) El pelo se estira pero no vuelve totalmente a su longitud original.
C) El pelo no se estira y se rompe directamente.
CUTÍCULAS ABIERTAS
El cabello sano es impermeable y no deja pasar el agua. En cambio, el cabello maltratado resulta más poroso y seco y absorbe el agua rápidamente.
Llena un vaso con agua. Córtate 3 ó 4 cabellos (o, si lo prefieres, cógelos del cepillo) y déjalos caer en el agua. Observa cómo se comportan.
A) Flotan.
B) Tardan unos minutos en hundirse.
C) Se hunden rápidamente.
INTERIOR DAÑADO
Si la estructura está íntegra, el cabello queda muy rizado; si está ligeramente dañada, se ondula un poco; y, si está muy dañada, el pelo queda liso.
Selecciona un mechón de 3 ó 4 cabellos del lateral y sujétalo en la raíz para evitar arrancarlo. Con la otra mano, arrastra por él el dedo indice y el pulgar, presionando con las uñas, de medios a puntas, como si rizaras un lazo de regalo.
A) Quedan muy rizados.
B) Poco rizados.
C) No se rizan.
RESULTADOS
Suma un punto por cada respuesta A, 3 puntos por cada respuesta B y 5 puntos por cada respuesta C.
De 3 a 6 puntos. Tu cabello está sano, ¡enhorabuena!
De 7 a 10 puntos. Tienes el cabello algo dañado. Necesitas cuidados.
De 11 a 15 puntos. Tu cabello está muy dañado. Necesitas un tratamiento intensivo y una coloración que no lo dañe.
REPÁRALO
Excepto si tu pelo está extremadamente dañado (en ese caso la única solución es cortarlo), es posible reestructurar y reforzar los tallos. El activo imprescindible para conseguirlo es la queratina. Esta actúa como un “filler”, se sitúa en las zonas donde la queratina natural del pelo está fragmentada, la reconstruye y devuelve al cabello su resistencia. Pero, además de recuperar el pelo, los tratamientos con queratina también lo fortalecen y reducen el daño que el tinte pueda ocasionarte.
EN CASA, ¿QUÉ TIPO DE TINTE TE CONVIENE?
Permanente superaclarante. Está totalmente desaconsejado si tienes el pelo dañado. Contiene alta proporción de agua oxigenada y amoniaco.
Coloración permanente sin amoniaco. Se puede aplicar en cabello dañado (aunque es mejor que lo hayas reparado antes), sobre todo si vas a oscurecerlo. Cubre el 100% de las canas.
Tintes tono sobre tono. Contienen una pequeña proporción de amoniaco u otra sustancia alcalina. Cubren hasta el 50% de las canas y duran de 8 a 12 semanas.
Tintes semipermanentes. Al no contener amoniaco ni agua oxigenada, pueden usarse sobre el cabello dañado. No aclaran el color ni lo modifican si el pelo es oscuro.
Coloración vegetal. Se trata de la henna (para pocas canas) y de los tintes en aceites 100% orgánicos (para muchas canas). Se pueden usar en cabellos muy estropeados.
¿Qué tal os ha salido el test? Podéis dejarme vuestras respuestas o comentarios con dudas y, si os ha gustado, compartirlo en redes sociales para que lo vean todas vuestras amigas.
Nos vemos la semana que viene con más cosas para vuestro cabello.
¡Besos!
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