Después del lavado, utiliza un acondicionador, ésto facilita bastante el trabajo de secado ya que los acondicionadores llevan siliconas que envuelven cada cabello y ésto lo hace repelente al agua, no mantendrá tanto la humedad.
Antes de empezar a usar el secador, utiliza un protector de calor para que el mismo afecte lo mínimo al cabello.
Regula la temperatura lo más bajo posible para que no haya riesgo de que quemes tu pelo.
Quita el exceso de humedad con la toalla, envuélvela a modo de turbante sin frotar y deja que se seque al aire el máximo tiempo posible antes de coger el secador, puedes aprovechar para maquillarte, depilarte, recoger el baño o cualquier otra cosa que tengas que hacer, así será más fácil y tardarás menos (las toallas de micro-fibra son las mejores para ello).
Desenreda el cabello antes de empezar con el secado para que sea más fácil y quede mejor resultado.
Si el cepillo lo coges a medio trabajo, lo moldearás mejor, el cabello adquiere mejor la forma cuando está a medias de secar, incluso casi seco.
Un secador con tecnología iónica será más efectivo ya que los iones negativos además de aportar brillo y reducir el frizz, rompen las moléculas haciendo que se seque más rápido. Si aún así, no te es suficiente y quieres que tu cabello se seque más rápido aún, existen productos especialmente diseñados para ayudarte, puedes buscar alguno!
Si pones en práctica todos éstos consejos notarás cómo tardas menos! Ya me cuentas!
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