La fotodepilación es uno de los métodos más usados para la eliminación permanente del vello no deseado. Pero si ya decidiste hacerte una entonces es mejor que tomes estas preocupaciones y consideraciones cuando vayas a aplicártela. Debes saber en que consiste exactamente el método que se utiliza y cómo se realiza. Para que te puedas sentir más tranquila y que estés enterada de todo, te traemos dos videos de la mano de una experta llamada Cristina Estética quien nos contará claves necesarias.
Por supuesto, siempre tendremos que recurrir a un especialista para que determine cuál es el método más eficaz y recomendado para nuestro tipo de piel y vello, según nuestra edad, circunstancia, sexo o zona en la que queramos llevarlo a cabo. Es frecuente que las sesiones necesarias se encuentren entre 6 y 8, pero dependiendo de los factores propios de cada persona este número podrá incrementarse o reducirse.
¿En qué consiste?
La mejor época para comenzar con el tratamiento es el otoño, ya que debemos realizar varias sesiones y no podremos tomar el sol durante éstas. La edad ideal para comenzar a aplicar la fotodepilación es cuando ya hay una estabilidad hormonal, lo que suele situarse en torno a los 20 y 25 años. No obstante, la evolución de los resultados dependerá siempre de nuestro tipo de vello y piel, siendo más receptivos cuando el primero es oscuro y la piel es clara. Esto se debe a que, cuanto más oscuro sea el vello, absorberá más luz.Es fundamental que, antes de someternos al tratamiento, nos informen bien de las contraindicaciones que pudieran surgir, de los fármacos incompatibles con ésta, así como de las enfermedades en las que pudiese derivar, como fotosensibilidad. Debemos evitar siempre exponer al sol la zona a depilar durante el tratamiento, ya que podría mancharse y volverse oscura. Además, hay que tener en cuenta que, aunque el folículo que se destruye es definitivo, no siempre es posible hacer todos desaparecer, para lo que será preciso un mantenimiento dependiendo de la persona.
A la hora de llevar a cabo el tratamiento, debemos acudir con el vello rasurado o recortado, de manera que no se produzca ninguna sensación de quemazón, ni de chisporroteo por la luz. Asimismo, antes de realizar la siguiente sesión debemos esperar unas semanas, que serán indicadas por el centro en el que nos lo realicen.
Cómo se realiza
Normalmente, nos suelen colocar un paño blanco alrededor de la zona a tratar para realizarla de manera más cómoda. Es frecuente que, tras la segunda o tercera sesión, comencemos a ver resultados muy gratificantes, mientras que a partir de la cuarta o quinta el tratamiento se ralentice. Esto se debe a que el vello más resistente comienza a desaparecer en las últimas sesiones. Nuestra experta comenta que le gusta delimitar la zona con un lápiz blanco, aunque éste también sirve para tapar alguna peca y evitar que la luz la queme.Antes de empezar tendremos que programar el aparato de manera específica para el color de piel y vello y aplicar un gel frío que ayudará a conducir la luz y nos protegerá de posibles quemaduras. Igualmente, se deben cubrir los ojos con unas gafas homologadas. Notaremos que la luz pulsada es más intensa en las zonas en las que hay más pelitos. Al terminar la sesión, se retirará el gel, limpiará la zona con una toalla y en casa podremos aplicar un poco de aloe vera sobre la irritación.
Agradecimientos: Cristina Estética
Imágenes: Andrea Rinaldi/Flickr y Helga Weber/Flickr