La exfoliación es un proceso que elimina las células muertas de la piel, dejándola radiante y suave. Muchas mujeres son constantes a la hora de exfoliar la piel del rostro, pero se olvidan de otras partes del cuerpo; y este paso es indispensable para tener una piel hermosa, pues ayuda a la renovación de las células.
¿Qué necesitas para la exfoliación?
Gel o crema limpiadora exfoliante. Es ideal optar por exfoliantes que contengan sal marina, azúcar, almendras molidas , nueces, semillas u otros componentes naturales granulados.
Esponja, cepillo exfoliante corporal o guantes exfoliantes.
Piedra pómez.
Crema hidratante para el cuerpo.
Dependiendo de la sensibilidad de tu piel puedes escoger un exfoliante más o menos fuerte, si eres muy sensible opta por hacer una pasta con bicarbonato de sodio y agua para hacer la exfoliación.
Pasos para la exfoliación
Antes de entrar en la ducha, cepilla la piel seca con la esponja, el cepillo o los guantes; esto ayudará a eliminar la piel floja y la prepara para el proceso de exfoliación.
Métete en la ducha y moja tu cuerpo, no exfolies la piel si está quemada por el sol o si tiene cortes o heridas abiertas.
Usa una piedra pómez en los pies para eliminar asperezas y callosidades. Si tus pies son extremadamente ásperos, remójalos en un recipiente con agua tibia mezclada con una taza de leche durante 30 minutos antes de entrar en la ducha.
Aplica el limpiador exfoliante a tu esponja o guantes. Comienza a masajear tu cuerpo con un movimiento circular comenzando con las plantas de los pies (al llegar a la zona del bikini no frotes demasiado duro porque la piel es muy sensible). Usa un cepillo de cuerpo para exfoliar la espalda y otros lugares difíciles de alcanzar.
La exfoliación debe ser suave en la cara, especialmente alrededor de los ojos y la boca. Utiliza un producto exfoliante formulado especialmente para la cara, que es más suave que los productos destinados a ser utilizados en el cuerpo.
Enjuaga tu cuerpo con agua tibia, y luego sigue con el agua más fría que puedas soportar. Aplica un gel de ducha para suavizar la piel si lo deseas.
Después de salir de la ducha, aplica una loción corporal hidratante; si esta contiene ácidos alfa o beta hidroxi son opciones ideales, debido a que estos ácidos continúan eliminanado las células muertas de la piel.
Luego de esto usa una crema humectante corporal una vez al día. La exfoliación seca la piel, por lo que debes mantenerla hidratada.
Exfoliar una vez o dos veces por semana es suficiente para lograr una piel sedosa, sin embargo, las mujeres con piel grasa deben exfoliar con más frecuencia que las personas con piel seca. Si tu piel se vuelve excesivamente seca o irritada después de la exfoliación, la próxima vez no frotes tan fuerte; asimismo, reduce la frecuencia de la exfoliación, y explora la posibilidad de que puedas ser alérgica a los productos que has utilizado.
¿Qué trucos usas a la hora de la exfoliación?
Imágenes: facesbykelley, makeup