Omega 3: El aceite de omega 3 tiene propiedades antiinflamatorias, lo que permite reducir el enrojecimiento y la inflamación de los tejidos, ayuda a reparar la piel y a protegerla contra el daño causado tanto por factores externos como internos. Además, humecta y revitaliza la piel seca, ayudándola a proteger y preservar la hidratación y combatiendo la resequedad de la piel, lo que contribuye a balancear tanto las pieles excesivamente secas como las demasiado grasas.
Vitamina A: La vitamina A contribuye a la reparación de los tejidos, lo que no solo ayuda a nuestro organismo a proteger la boca, la nariz, la garganta y los pulmones, reduciendo el riesgo de infecciones, sino que también permite que nuestra piel se mantenga suave, sana y flexible.
Vitamina C: Hoy en día uno de los ingredientes más comunes de las cremas y productos para la piel, la vitamina C es antioxidante y por ende es utilizada como un arma contra el envejecimiento, pues favorece la creación de colágeno, que es una proteína esencial para la elasticidad de la piel, y combate los radicales libres, previniendo los efectos del envejecimiento. Además, la vitamina C mejora la resistencia de la piel a sufrir nuevos daños, incluyendo aumentar la resistencia de la piel a los rayos ultravioletas.
Vitamina E: Uno de los suplementos clásicos para mejorar la salud de la piel, el pelo y las uñas, la vitamina E posee efectos antienvejecimiento, protege la piel contra los rayos UVB, ayuda a tratar las manchas de sol, a prevenir y tratar el acné, las imperfecciones de la piel y las estrías. La vitamina E no solo puede ser tomada como suplemento, sino también aplicada directamente sobre la piel, cosa que suele hacerse abriendo una cápsula de vitamina E y utilizándola como tratamiento facial.
Zinc: El zinc protege a la piel del daño solar, ayuda a evitar la resequedad de la piel, previene el acné y ayuda a la recuperación de los tejidos, siendo utilizado para curar heridas, ampollas y otros daños superficiales.
Colágeno: Entre todos los suplementos, el colágeno es el rey, pues estimular su producción es lo que permite que tengamos una piel firme, tersa y luminosa. Sin embargo, es sabido que la producción natural de colágeno se va reduciendo al pasar los años, y por ende es importante consumirlo como suplemento para alargar los beneficios que ofrece, como reducir las arrugas, mejorar la elasticidad de la piel, ayudar con los procesos de cicatrización y atacar la celulitis y la flacidez.
Magnesio: Debido a sus importantes cualidades desintoxicantes, el magnesio es un enorme aliado para combatir las imperfecciones de la piel. Este mineral ayuda a estimular el metabolismo celular, desintoxicando y limpiando la piel, reduciendo la aparición de acné, desinflamando y ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro. Además, el magnesio es uno de los suplementos más utilizados para mejorar el sueño, uno de los factores que más influye sobre la posibilidad de tener una piel saludable.
Vitamina D: La vitamina D ayuda a la piel a protegerse de la deshidratación y de las agresiones externas, además de ser esencial para la fijación del calcio, que previene la caída del cabello pero también elimina las impurezas de la piel. Hoy en día es muy difícil que podamos obtener las cantidades necesarias de vitamina D del sol, pues la exposición prolongada a los rayos del sol pueden también causar daños en la piel, razón por la cual muchos médicos recomiendan que las personas complementen su alimentación con cápsulas de vitamina D3.