Este año he empezado a usar mascarillas, hasta que no me probaron una en un tratamiento facial, no había tenido curiosidad, pero ahora os cuento que soy adicta a ellas.
La última que he probado es la de Massada , elaborada a base de biocelulosa vegetal, obtenida de forma natural a través de un proceso de biofermentación a partir del agua de coco.
Se trata de una innovadora mascarilla, especialmente indicada para pieles grasas que presentan poros dilatados y puntos negros, así como para pieles sometidas a altos niveles de polución y para todas aquellas personas que deseen lucir una piel limpia, protegida y libre de impurezas.
Su potente fórmula oil free a base de carbón activo y biopolisacáridos procedentes de biotecnología natural, reduce de forma inmediata los poros y el exceso de grasa, minimiza las imperfecciones y protege la piel de los daños urbanos. El carbón activo tiene una profunda acción purificante y desintoxicante sobre la piel, reduciendo el exceso de grasa y el tamaño de los poros. Por su parte, los biopolisacáridos vegetales ofrecen una protección física, activa e inmediata y no oclusiva frente a los tres tipos de polución: atmosférica, UVA y UVB y doméstica, derivada de contaminantes, cambios de temperatura y otros factores externos que dañan, irritan y sensibilizan la piel.
Se recomienda su utilización una vez a la semana, dejándola actuar sobre la piel durante 15 minutos, repartiendo el serum restante con las yemas de los dedos, sin aclarar.