No todo van a ser parabienes. Después de años probando productos de cosmétca y maquillaje, puedo afirmar que un altísimo porcentaje de lo que ha caído en mis manos ha resultado ser una "castaña". En los "Sí... pero no" iré desenmascarando estos productos y otros que, si bien no puedo afirmar que sean malos, no cumplen del todo mis expectativas. Hoy voy a repasar algunos correctores que han ido cayendo al fondo de mi cajón de maquillaje.
Creamy concealer de Bobbi Brown: no pretendo echar por tierra la buenísima fama de este corrector. Es un buen producto, cremoso, bastante cubriente y lo use durante bastantes años, pero no me camufla del todo bien la ojera y termina notándose demasiado la cantidad de producto que nos hemos echado encima.
Mineralize Concealer de MAC: decidí probar este corrector tras leer en varios blogs que, pese a ser hidratante y ligero, tenía bastante cobertura. Pues lo siento, pero no. Echarme esto y nada es lo mismo en mi ojera. Ahora lo estoy utilizando como prebase de sombras para el párpado, más que nada por aprovechar el gasto.
Pro Longwear Concealer de MAC: utilicé este corector durante todo un verano y sí cumple la promesa de alta cobertura y larga duración. Sin embargo, le encuentro dos "peros". El primero, que se oxida tras aplicarlo y sube bastante de tono, por lo que la ojera queda oscura, todo lo contrario a lo que pretendemos. Por otro lado, se seca bastante y puede marcar las líneas de expresión. Si encontrara mi tono, lo utilizaría, pero no creo que lo intente de nuevo, más que nada porque no lo regalan precisamente.
Boi-ing de Benefit: con este corrector me ha pasado lo mismo que con todos los productos de Benefit que he comprado: chasco. En principio parece cubriente, pero es una pasta tan densa y seca que es muy difícil de difuminar. Al final terminas con la ojera totalmente cuarteada. Le he encontrado cierta utilidad a la hora de tapar algún grano porque lo cubre y lo seca, pero en la ojera es desastroso.
Corrector salmón de Martora: siento ser tan clara, pero esto es lo que yo llamo una "castaña". Tras escuchar muy buenas críticas, busqué como una loca una tienda que vendiera esta marca. Cuando por fin tuve en casa el corrector, metí el dedo y era duro como una piedra. Me resulta literlmente imposible aplicarlo y encima me da la sensación de que me resalta la ojera en lugar de camuflarla. Ni siquiera lo he podido utilizar para el rostro porque parece un parche y tiene un tono muy distinto al de mi piel.
Correctores en barra: no me refiero a ninguna marca en concreto, sino a este formato en general. Son los primeros que usé cuando empecé a maquillarme, pero no conozco ninguno medianamente aceptable. Todos resultan muy evidentes en la ojera, son casi imposibles de difuminar y quedan a parches. Vamos, otra "castaña".
En esta entrada os cuento cuales son mis correctores favoritos en este momento, los que sí me funcionan.
Y a vosotros, ¿habeis probado estos productos? ¿os gustan?