Como el título lo indica, su nombre Rockin curves y es otra versión de la línea de máscaras "Scandal Eyes", de la marca Rimmel.
La compré a principios de mayo de este año y me salió alrededor de 120 pesos argentinos.
El packaging es bastante grande, color rojo, con una textura rugosa y la tapa con el clásico logo de la marca.
La fórmula es súper líquida, aunque se va espesando más a medida que pasa el tiempo. La mía ya "venció" porque la abrí hace más de seis meses, pero puedo confirmar que pasaba mejor al principio.
El cepillo tiene forma de medio corazón y logra alcanzar todas las pestañas, desde la parte más ancha hacia la más angosta.
Lo que no me gusta del cepillo es que carga DEMASIADO producto y tenés que tener cuidado de que las pestañas no queden pegadas o como "patas de arañas". Esto también influye en el párpado: hay que inclinar un poco la cabeza hacia atrás para no mancharte.
No es waterproof (o al menos, no conozco si existe esa versión), así que es muy fácil de retirar y no dañar las pestañas. La duración no es igual a una resistente al agua, pero la usé por 8 horas y no pierde su efecto.
Con una pasada queda bastante natural; alarga y curva las pestañas. Si querés un toque más "dramático" o llamar más la atención y tener una mirada más despierta, lo mejor es darle una segunda capa con los cuidados y advertencia de patas de arañas que mencioné anteriormente.
En la foto les muestro mis pestañas después de una sola pasada, tenía con dos pero creo que la borré. #Oops.
Le doy 4 estrellas sobre 5. La fórmula y el producto en sí me gustan, aunque se me hace demasiado líquida y tiende a pegotear bastante las pestañas si uno no pasa el cepillo con cuidado.
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