Si bien la temática está reservada a brujas, esqueletos y demás monstruos, existen muchísimas más posibilidades, que con un poco de maquillaje y originalidad quedarán de lo más fantasmagóricas y no nos costarán demasiado. Toma buen nota de estos trucos.
El arte de maquillarse
Al igual que el maquillaje se emplea para destacar nuestros rasgos más bonitos y ocultar las pequeñas imperfecciones de la piel, también podemos utilizarlo para crear efectos especiales. En Halloween, los imprescindibles son los polvos blancos, las sombras verdes, moradas y oscuras, los pintalabios más rojos que tengas en tu neceser, los lápices negros...No obstante, en las tiendas de disfraces y artículos de broma siempre podremos encontrar maquillajes específicos, por ejemplo aquellos que brillan en la oscuridad, o kits en los que nos vienen cicatrices para pegar ya hechas, sangre de mentira, dentaduras terroríficas, pelucas malvadas, etc. Eso sí, hagas lo que hagas acuérdate de desmaquillarte bien con tu producto más potente en esta noche de brujas si no quieres amanecer con la almohada hecha un cuadro y tu cara totalmente demacrada.
Algunos trucos que te servirán
- Cara empolvada: en Halloween no existe la lozanía y tu rostro tiene que parecer lo más insano posible. Para ello, puede recurrir a polvos blancos, que resultan imprescindibles para disfraces de zombies o de payasos malévolos. Cuida de maquillar también el cuello para que sea más realista.- Ojeras y ojos hundidos: nuestros ojos lo dicen todo, por lo que cualquier cambio en esta parte de la cara nos hará vernos disfrazados. Prueba con diversas tonalidades oscuras y ve degradándolas. En esto, además de los negros y grises, son muy útiles los morados, los verdes y los rojos.
- Venas y cicatrices: con un poco de maña y con la ayuda de algunos lápices de colores, es muy fácil dibujar sobre nuestra piel en busca de un look monstruoso. Para las cicatrices utiliza un rojo vívido y brillo para que parezca que está fresca.
- Pelo estropajoso: olvídate de tu peinado y alborota tu pelo en busca de un estilo descuidado. Es tan sencillo como cardar un poco el pelo, aunque también te puedes ayudar de las planchas y/o el secador. Eso sí, cuidado no lo quemes, y ármate de paciencia para desenredarlo bien antes de ducharte.
- Tintes de colores: existen sprays que nos dan color a nuestro pelo sin dañarlo y que podemos comprar en cualquier tienda de artículos de broma.
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