No obstante, podemos convertirnos en el centro de atención, tanto para bien como para mal. ¿Se puede o debe evitar esto último? Si se debe o no la respuesta es clara, dependerá de la personalidad de cada una. En cuanto a la posibilidad de potenciar la elegancia, el físico y la autoestima también soy bastante tajante, sí sí y SÍ.
En este post intento aconsejar a aquellas personas que creen que sus prendas las hace parecer mayores de lo que son. Parece mentira, pero con tan solo unos pequeños tips y evitando una serie de prendas podemos rejuvenecer muchísimos años. ¡Está en tu mano!
1. El típico conjunto en tonos pastel que ni es de tu talla ni sienta bien. Ya sabéis a cuál me refiero, ¿no? Los tonos claros y suaves son preciosos, jugando con el contraste o escogiendo prendas algo arriesgadas, pero hay que tener mucho estilo para optar por un traje de chaqueta en diferentes tonalidades pastel y no parecer la señorita Rottenmeier.
Mi apuesta: un conjunto de chaqueta mucho más actual y atrevido, aunque también algo clásico y chic.
2. Los jerséis o camisetas de cuello vuelto son preciosos, además de abrigaditos y estupendos. Sin embargo, también son peligrosos a la hora de combinarlos. Ir totalmente tapada por arriba y con un pantalón ancho, por ejemplo, no sería la mejor elección.
Mi apuesta: Jersey de cuello vuelto XXL a modo de vestido, medias tupidas, botines, bolso y poncho burdeos y sombrero negro.
3. Total sparkly look. Los brillos están de moda, pero en exceso podrían resultar algo ordinarios, además de aumentar la edad considerablemente. Me viene a la mente la típica imagen de mujer madura que, queriendo aparentar unos cuantos años menos, opta por un mini vestido ceñido lleno de lentejuelas... y consigue el efecto contrario, obviamente.
Mi apuesta: pequeñas dosis de brillo en telas delicadas o accesorios en glitter como clutches o zapatos. ¡Pero no todo a la vez!
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