En estos últimos años, la industria beauty y de cuidado de la piel han experimentado un crecimiento significativo, ofreciéndonos una amplia gama de productos en el mercado con una gran variedad de ingredientes activos, formulaciones, packagings, precios muy atractivos... sobre todo, los de antienvejecimiento.
La cosmeticorexia se define como la compra compulsiva de cosméticos y la adicción a sus principios activos, especialmente aquellos antiedad.
Principalmente nos preocupa tener una buena piel centrándonos en la hidratación, pero en esta sociedad que da pasos agigantados y el culto al cuerpo, la eterna juventud, esos filtros irreales, la gran preocupación por la imagen y los likes, son el dia a dia. Por eso buscamos ingredientes activos centrados en el anti-aging como el retinol, los péptidos, las células madres, el ácido hialurónico, la Vitamina C o la Niacinamida por ejemplo.
El problema llega cuando compramos productos que no sabemos si son adecuados para nuestro tipo de piel o nuestras necesidades reales, buscando experimentar hasta encontrar el que mejor se adapta, comprandonos el último lanzamiento, guiándonos por las sugerencias de las redes sociales, mezclando ingredientes... y es que no todas las pieles necesitan los mismos activos, ni en la misma cantidad.
Tenemos que tener en cuenta que los resultados con los productos cosméticos se aprecian con persistencia y a partir de unos 28 días, ya que la piel tiene un ciclo de regeneración que con el tiempo se ralentiza, pero la cosmeticorexia tiene también otras consecuencias. Al aplicar muchos productos sin un orden lógico y sin constancia, en vez de lucir una piel mejor, se consigue:
Una piel opaca con falta de brillo porque la dermis está saturada y no absorbe más ingredientes.
Acné por usar productos que nos taponan los poros y provocan grasa y brillos poco estéticos.
Podemos empeorar nuestra piel o agravar problemas que ya teníamos como sequedad, acné, eczema, dermatitis...
O a largo plazo, pérdida de grosor del estrato córneo: demasiada intensidad y frecuencia del peeling produce problemas cutáneos como baja protección a daños externo o sensibilidad.
Para tratar la cosmeticorexia es importante acudir a un dermatólogo o profesional de la estetica acreditado, para realizar un diagnóstico y seguimiento.
Es importante no caer en la tentación de comprar productos sin darle a la piel lo que necesita. Solo necesitas crear una rutina facial con tres o cuatro productos específicos a tus necesidades.