La semana pasada te daba unas pequeñas pinceladas a cerca de los motivos de las idas y venidas de estos meses. Ya sabes como son los cambios, tenemos que adaptarnos como fuere a ellos y buscar siempre las mejores opciones de salida. En mi caso, si nos seguimos en Instagram, habrás notado que estoy intentando compartir contigo facetas de mí mucho más humanas respecto a los tradicionales posts sobre moda y belleza. No van a desaparecer (a la vista está) sin embargo, sincerándome contigo, pienso que mucho de lo que me está sucediendo viene derivado de intentar buscar una perfección en mi que no tengo.
Me explico. Hoy en día sabes que en las Redes Sociales prima la perfección rozando con lo artificial. No soy así. Tengo un trabajo que, afortunadamente, ocupa la mayor parte de mi día y me aporta muchísimas cosas buenas. También familia y amigos que, gracias a ellos estoy viviendo un montón de nuevas experiencias y sobre todo, me tengo a mí.
Volvía a correr. Sí, después de más diez años mis piernas vuelven a salvarme de mi cabeza ¡Y cuánto las echaba de menos! Siento que una parte de mi que estaba dormida, vuelve a latir de nuevo. No sé explicar una sensación de recuperar algo después de tanto tiempo, pero te aseguro que es maravilloso. Es la mejor forma de demostrarme a mí misma que yo puedo con todo. Ya lo ves, si fui capaz de terminar con una buena marca mi primera carrera de diez kilómetros ¿Puede haber algo imposible para mi? ¡No lo creo! Es por ello que mi mejor opción en estos momentos es cuidar de mi, darme todo cómo y cuándo mi cuerpo lo necesite. Y me está pidiendo todo el fuego en mis piernas.
Total look Guess.
Fotografía Adrián Gamonal.
Y tú ¿Practicas deporte regularmente? ¿Qué me dices del outfit de hoy?
¡Sé muy muy feliz!
Raquel.